Mucho se ha especulado sobre lo que viene, cuáles serán los nuevos hábitos de consumo, qué tipo de ropa preferiremos usar, y comprar, llegando a soñar que seremos mejores seres humanos, más conscientes y empáticos post covid-19.  En algunos países, ese futuro no es tan lejano, pues el proceso de apertura en fases ya inició, en la búsqueda de equilibrio entre la economía y la salud.

Varios medios europeos [1] y videos en redes sociales documentaron nuestro comportamiento; en ellos podemos apreciar largas filas sans distanciamiento social de personas, como usted o como yo, esperando para entrar a Zara [2], la cual ya ofrecía entrada a sus tiendas, pero con cita previa. Al final, con el paso de los meses, la percepción y opinión sobre esta pandemia se resumirá a qué tanto nos impactó individualmente a nivel económico y emocional. Las cifras globales o locales poco importarán.

De igual manera, se supone sobre el futuro accionar de la industria de la moda con relación a la producción, las condiciones laborales, el calendario de las Semana de la Moda e incluso las temporadas de descuentos que en el 2020 hace un buen tiempo que están en marcha.

Uno de los temas que más se debaten es la exigencia de hasta diez (10) colecciones al año que las marcas Prêt-à-Porter [3] o Ready to Wear ya sea de media o alta gama se ven en la necesidad de producir, al igual que los cronogramas desfasados de producción y disponibilidad en tiendas con relación a las temporadas (¿quién no se ha  visto en una tienda en pleno verano que exhibe ropa de invierno y viceversa?). Todo esto agravado por el hecho de que las redes sociales producen un hartazgo visual de la mercancía mucho antes de estar disponible para la compra, empujando a un modelo de Fast Fashion[4] para todos los nichos que concluye en una temporada de descuentos más y más temprana y de mayor duración, para recuperar el mínimo de inversión y hacer espacio para la próxima colección capsula [5] o las colecciones Pre-Primavera y la de Primavera/Verano, la Pre-Cruise o Pre-Resort,  luego la Cruise o Resort,   terminando con la de Pre/Otoño y Otoño/Invierno que están en fila esperando el espacio y las perchas en las tiendas.

Una locura, ¿no?  Esto explica en gran medida los 114 billones de piezas de ropa que producimos en 2019. Uno de los primeros críticos sobre esta situación, fue Alber Elbaz, ex Director Creativo de Lanvin (la casa de moda activa más antigua, fundada 1889) quien, en 2015,[6]  aduciendo entre otras razones, ese ritmo de trabajo, se despidió de su puesto. Ese mismo año, bajo una situación similar, sale Raf Simmons de Christian Dior. Si buscamos más, 10 años atrás, cuando Tom Ford partió de Gucci, al día siguiente de su salida, uno de sus primeros comentarios sobre su nuevo estatus fue “No tengo nada en agenda!, sé  en qué país estoy y qué hora es!”. Ford, ahora es Presidente del Consejo de Diseñadores de Moda de América, siendo uno de sus objetivos el cambiar la rueda del calendario de producción y abastecimiento de la moda a uno más razonable, sostenible, y amigable con el medio ambiente, pero sin mucho éxito  hasta ahora.

Sin embargo, es la pandemia, la que logra por primera vez que marcas reaccionen, en vez de sólo discutir sobre ello. Una de ellas es Yves Saint Laurent “gracias” a Hedi Slimane, hace ya varios años bajo la premisa de hacer la marca apetecible a un público más joven y atrevido) quien anunció que sale del circuito de las Semanas de la Moda[8]  y tendrá su propio ritmo de presentaciones de acuerdo con lo  que le resulte conveniente. Dries Van Noten lidera un grupo de diseñadores/marcas incluyendo a Tory Burch que plantean que el despacho del producto de la ropa tenga sentido con relación a las temporadas/estaciones y a lo que necesita el cliente. Esto no sólo es una propuesta de diseñadores y casas de moda, los grandes almacenes también concuerdan, incluso han llegado a sugerir que se obvie cualquier actividad del circuito de la moda por lo que queda del 2020 y reiniciemos en el 2021.

Por lo pronto, mientras estas “revoluciones” se gestan, no venda todavía sus accesorios de Chanel y Louis Vuitton  al mercado de Pre´- owned o pre –loved (artículos usados) porque, en medio de la pandemia, estas marcas continúan subiendo los precios de todos sus artículos, entre otras razones, para atenuar la crisis.


[1] https://smoda.elpais.com/moda/actualidad/zara-colas-reapertura-francia-desescalada/

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Zara

[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Pr%C3%AAt-%C3%A0-porter

[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Moda_pronta

[5] https://www.jewelrycooltrend.com/colecciones-capsula/

[6] https://www.elmundo.es/yodona/2015/10/28/562f5dde22601deb018b463c.html

[7] https://instyle.mx/moda/que-es-la-cfda-lista/

[8] https://es.wikipedia.org/wiki/Semana_de_la_moda


KATIA RÍOS MILLARES

Graduada de Interiores (PUCMM 1991)  y   Diseño de Moda (Chavón 1995), 8 años de experiencia en manufactura textil, merchandising  y  lavados (Grupo M) para marcas como Hugo Boss, Tommy Hilfiger, Nike y Carters.
Entrenamiento textil en The Collage of Textiles NA, EEUUA.  Auditora de calidad  certificada ISO 9000, Consultora Textil para Consejo Nacional de Competitividad  y el Banco Interamericano de Desarrollo.  Gerente de Proyectos para el sector de desarrollo a nivel internacional  (Chemonics, FHI 360s, USAID) por más de cinco años. Egresada de Barna/Escuela de Negocios Programa de Desarrollo Directivo.
Forma parte de la Facultad de Chavón/La Escuela de Diseño, Rep. Dominicana desde 2013 impartiendo Fundamentos del Diseño, Perspectiva Arte y Diseño, Diseño de Moda, Textiles, Vestuario, Historia de la Moda  y Seminario /Estudio.
Escribe sobre Historia de la Moda para una revista dominicana y diseña productos textiles para cortometrajes, editoriales y eventos.