Realicemos el ejercicio mental de remontarnos 140 años en la historia, un día como el 7 de Junio, a la batalla de Arica. Las tropas peruanas se encontraban atrincheradas defendiendo el Morro bajo las órdenes de Bolognesi. La defensa era insostenible. Entonces los peruanos empezaban a lanzar vítores de júbilo al ver al 2do Ejército peruano a mando del Coronel Manuel Segundo Leiva Velasco llegando a auxiliar la defensa peruana atacando por la retaguardia al ejército chileno y desbaratando su ofensiva.
Este era el plan original de Francisco Bolognesi, sus reiterados telegramas diciendo “¡Apure Leiva!” lo acreditan.
Con Leiva atacando la retaguardia chilena, se hubieran atajado las tropas enemigas en Tacna y Arica y seguramente Chile se hubiera decantado por firmar el fin de la guerra al obtener los territorios salitreros bolivianos que anhelaba.
Arica y Tarapacá permanecerían peruanos y la guerra del Pacífico no sería la herida que representa hoy. Tal vez ni siquiera la estudiaríamos a profundidad, tal como estudiamos superficialmente nuestras victorias ante Bolivia, la Gran Colombia y Ecuador en guerras pasadas. Los peruanos no somos muy buenos recordando las victorias.
Pero Segundo Leiva nunca apuró, todo lo contrario, su marcha fue muy lenta. Deliberadamente lenta según se especula hasta el día de hoy, pues luego de llegar el 28 de Mayo a Moquegua, retornó a su cuartel general en Arequipa. ¿Por qué no auxilió Segundo Leiva a Bolognesi?
Se cree que actuó bajo las órdenes de Nicolás de Piérola quien buscaba deshacerse de sus potenciales rivales políticos, Montero en Tacna y Bolognesi en Arequipa. Esto estaría en la misma línea de actuar de Piérola en la defensa de Lima y luego, cuando Leiva fue llevado de vuelta a Lima a ser procesado por sus acciones, fue absuelto y luego nombrado ayudante del presidente Nicolás de Piérola.
¿Fue Piérola un traidor puesto por Chile para asegurar su victoria? Los hechos parecen apuntar a eso, pero su análisis sería tema de otro post. En esta ocasión nos quedamos con la imagen de su tumba, lejos de ser la cripta del héroe que pudo haber sido, nos encontramos con una pobre lápida donde solo aparecen sus iniciales, ni siquiera su nombre completo.
Fuente: La Defección del Coronel EP Segundo Leiva y el 2° Ejército Peruano. Cultura e Historia del Perú.