En este mes del amor, «Acantilado de Barranco» nos recibe en su local frente al mar para deleitarnos con la gastronomía y coctelería más imponente del verano. Una apuesta por el romanticismo en todo su esplendor.

Un restaurante que se mantiene vigente desde hace más de veinte años. Víctor Gonzáles tenía una idea sobre la mesa, encontró un local que funcionaba; pero era consciente de que debía empezar de cero. «En aquella época, Barranco ya no era tan popular, por lo que quise enfocarme en un nuevo concepto para parejas. Hubo muchas pedidas de mano o despedidas de soltera e, incluso, las personas regresan años después con el fin de rememorar esos acontecimientos», nos comenta.

Durante todo este tiempo, «Acantilado de Barranco» (Calle la Ermita 102) se dirige sobre la línea romántica, pero también acogen a un público general y es pet friendly. Desde su terraza en el segundo piso y con una vista frente al mar, lo primero en llegar a la mesa son los «Langostinos al Ajillo». «Tienen una base de papas nativas, flameados con vino blanco Chardonnay, ajos, salsa blanca Bechamel y queso parmesano. Es de los más pedidos», revela el chef, Walter Zapata. Debo confesar que no soy fan de los mariscos, mucho menos de los langostinos; pero este plato tiene la capacidad de deslumbrar a cualquiera.

Por supuesto que el maridaje es importante. Se recomienda un vino blanco, espumante o un «Pisco Sour» como el que tuve la oportunidad de degustar en un kero torneado. La quebranta pura se siente tanto en nariz como en boca, ideal para este tipo de cóctel que no en vano es su bebida bandera, pues ha ganado concursos del distrito en varias ocasiones. «Nos caracterizamos por ser clásicos. Tenemos chilcanos macerados de fresa, canela, lima o capitán; ‘Cuba Libre’, ‘Negroni’ u otros», asegura Víctor.

De esta manera, probamos un «Apple Martini» (Vodka, licor de manzana), acompañado del «Carpaccio de Pulpo». Este es picado en láminas finas y pasa por una cocción de 10 minutos. Se marina con limón, mayonesa, aceite de oliva, sal, pimienta, ajo y alcaparras; para luego servirlo con tostadas. Por su parte, la «Leche de Tigre» es otro platillo excepcional que no tiene nada que envidiarle a otras cevicherías nacionales. Esta viene acompañada de chicharrón de pota, camote y choclo.

«La carta es un trabajo conjunto: mis conocimientos sumados al  trabajo de Víctor. Tuvimos la idea de agregar tres combos», asegura el chef mientras nos trae un «Arroz con mariscos» más «Ceviche de pescado». Este es el primero, que consta de salsa de la casa con ají amarillo y vino blanco Chardonnay, ya que es una uva más aromática y le otorga un sabor ameno al paladar. «Mayormente se marida con ‘Sauvignon’ blanco o ‘Pisco Sour’. Es un fondo con entrada que pueden compartir entre dos personas», agrega.

El segundo combo consta de «Chicharrón de pescado» y «Ceviche». El último es «Chaufa de pescado» con «Chicharrón mixto», como si fuera una jalea. Finalmente llega el «Pescado a lo macho», un plato empanizado a fritura profunda. Presenta 200 gramos de pescado y 150 de mariscos: pulpo, langostinos, calamar, conchas de abanico. «Trabajamos con una salsa madre acompañada de ají amarillo. Va con una base de yucas fritas y arroz blanco».

Otras recomendaciones de la casa son los «Anticuchos», «Pizzas artesanales» (Americana, Hawaiana y Acantilado: mezcla de cárnicos con vegetales) o «Lasagna tradicional». Luego de deleitarnos con la variedad gastronómica, no podíamos irnos sin antes probar la coctelería de autor, una de las cosas que más disfruto en este tipo de establecimientos.

Aprovechando el calor del verano, lo mejor es apostar por «Ermita Split»; un cocktail de estilo frozen a base de Baileys con fudge, crema de coco y Vodka. También está el «Acantilado Café» (Tequila, Guignolet Kirsh, crema batida blanca) o «Amor en Llamas» (Ron, Vodka, Perfecto Amor, jugo de naranja, jugo de piña, jarabe de granadina), el cual va prendido en fuego. Si lo tuyo son los vinos, este restaurante cuenta con una cava de alta y media gama, entre las que destacan bodegas españolas, argentinas y chilenas.

Como podrán darse cuenta, el resultado de nuestra visita fue diez de diez. Para quienes son amantes de los piqueos, les recomiendo asistir de lunes a viernes desde las 5:00 pm, en cambio, si prefieren los fondos, el fin de semana es ideal a partir de la 1:00 pm. Este lugar de excelente paisaje y concepto, resulta una experiencia imperdible; en especial durante febrero, el mes del amor. Sin más que acotar, «Acantilado de Barranco» espera por ti.

Escribe: Valeria Burga (@valeria.burga26)

Fotografía: Milene Saravia (@andre.milene)