Quintanilla es el primer aporte peruano a la pintura universal

Pablo Picasso.

Hace unos días visité, con todos los cuidados y protocolos del caso, al maestro Alberto Quintanilla, el pintor más importante del Perú a nivel internacional. El motivo fue ultimar detalles sobre el próximo libro de entrevistas Chainan Kanan (así debe ser). A sus 88 años mantiene una lucidez y actividad diaria impresionantes. Él radica en París y debido a la pandemia del Covid se encuentra en su atelier de Lince desde hace meses. Rodeado de su arte ha tenido tiempo de meditar sobre la situación mundial. Es sumamente necesario conversar con artistas de este nivel. La charla discurrió sobre temas relacionados al Perú y la nueva enfermedad. El hombre se encuentra solo frente a las preguntas de orden metafísico, que son las mismas del astrónomo sumerio a las que se hace un tipo mirando las estrellas desde un rascacielos. Pero en la actualidad, ¿quién le da alguna respuesta? Antes, las dudas se superaban con la ayuda de religiones y ritos.  La perdida de ritos y el vaciamiento de sentido de las religiones nos dejaron solos frente al vacío, al terror de la desaparición.

En esa apacible tarde, en la que me contó que estaba próximo a retornar a Francia, me mostró dibujos, bosquejos para obras futuras, hechos con vinil negro y cuyo tema es el Covid 19.

Francisco León: ¿Cómo está maestro Quintanilla?

Alberto Quintanilla: Bien. Levantándome temprano. No puedo estar en la cama. Tengo que trabajar siempre.

Francisco León: ¿Qué reflexión le deja la situación actual?

Alberto Quintanilla: Que en el Perú estamos doblemente abusados, por inocencia y por ignorancia.  Ha llegado esta enfermedad y es el sálvese quien pueda.

Francisco León: Es significativo, hablando de los temores azuzados por los medios de comunicación, que sea tan visible en su obra cómo se “deja sin voz” a las personas mediante la mascarilla. Y en su dibujo el único que no la tiene es el más aterrado y el que implora. Vemos un perro pero con actitud irónica frente al virus…

Alberto Quintanilla: El perro es el único animal que nos libera de nuestros fantasmas. El perro protege al hombre. Es el que detecta el mal. Es valiente, aunque muera se lanza a defender a su patrón.

Francisco León: Analizando su dibujo, usted es el único pintor de renombre que ha “peruanizado” al Covid 19. Lo ha aprehendido a nivel cultural. Qué me pude decir de ese “personaje”.

Alberto Quintanilla: Que viene de lejos, por eso tiene su levita, aparentemente la respetas a la levita. El mal viene de lejos pero no viene de ahora.

El maestro Quintanilla queda por un instante con la mirada perdida en el vacío, en la sabia reflexión de un amauta.

Francisco León: Le propongo una interpretación, una lectura, circular como el pensamiento andino: el origen del mal en el Perú fue el contrato de Panamá como usted siempre menciona. Esto dio origen a la conquista y produjo el robo del oro de los incas y el genocidio. Era un tesoro manchado de sangre y dolor que a su vez generó el capitalismo y este ha creado, de una manera u otra, al virus que ha regresado, viene de lejos y no de ahora como menciona… a causar daño al mundo y al Perú.  

Alberto Quintanilla: Así es.

Francisco León: ¿Qué opina del drama que nos espera? Habrá miles de miles de infectados, desempleados, muertos… Va a ser peor que en la guerra con Chile.

Alberto Quintanilla: Esta enfermedad nos ha dado tanto miedo que hemos olvidado otros dramas del mundo. Cada día mueren miles de hambre en el mundo, no de coronavirus. Y siempre ha muerto de hambre mucha gente. Acá también. Ahora que existe eso del coronavirus nos despierta. Cojuditos despierten pues, para eso vengo. Pero no despierta solo al pobre, al millonario también lo despierta.

Francisco León: En su dibujo, el virus apunta con una mano a las personas y con la otra al Ukhu Pacha? ¿Qué les está diciendo?

Alberto Quintanilla: ¿Qué quieren que yo aclare? Todo está visto. Es bien claro. Hemos sido gobernados por ladrones. No hay camas para los enfermos, no hay medicinas para tratarlos. Las farmacias se han convertido en negociantes. ¿Quién es el que paga todo? El hombre del pueblo.

Francisco León: Nos hace recordar que la muerte es para todos y que el sistema siempre ha sido injusto, solo que ahora al fin la tragedia afecta a las clases medias y a los ricos. Cuando el pobre era el que moría, como  usted dice, estaba todo bien. Era lo normal.

Alberto Quintanilla: Como ya te dije, nadie habla de esto. Todo el mundo está inquieto. Nadie lo esperaba. No saben qué decir.  Cada vez que hay un drama colectivo el Perú, recién ahí es sacudido en todas sus clases sociales. Debemos ver qué reflexión nos deja.

Francisco León: Usted, ¿no tiene miedo a morir por el Coronavirus?

Alberto Quintanilla: No.

Francisco León: Le creo.

Alberto Quintanilla: Sobre todo no temo a la enfermedad en general.

Francisco León: ¿Aun siendo consciente de la peligrosidad del Covid 19?

Alberto Quintanilla: Yo quisiera morir peleando, luchando. Siempre he imaginado que debo luchar

Francisco León: Como los guerreros apaches o sioux que pensaban que una muerte gloriosa era pelear con un oso…

Alberto Quintanilla: Así es. O peleando con un toro o tragándome un cocodrilo, ja, ja, ja.

            Al despedirnos, me dejó la certeza de que vivimos confundidos, en una sociedad del “escape”, del adormecimiento y confirmó mi pensamiento de lo importante que es hablar con alguien “despierto”, más aún en un medio artístico donde prima lo insustancial y lo plástico.

FRANCISCO LEÓN

Nació en Lima el 8 de mayo de 1975. Escritor, poeta, editor, historiador, músico. Cursó estudios de literatura en la UBA (Universidad de Buenos Aires). Promotor cultural. Publica  la novela corta Resplandor Púrpura (Grupo Editorial RAS, Lima, 2004). El año 2005 obtiene mención honrosa a nivel nacional en el concurso de Poesía Iberoamericano, Cuento y Dramaturgia 500VL, organizado por el Boulevard de la Cultura de Quilca y la Municipalidad de Lima. Aparece su primer poemario titulado Ad Gloriam (Arteidea editores, 2006). Publica el trabajo de investigación: La historia de Salamanca de Monterrico (Grupo Editorial RAS, 2006 – 3 ediciones).
Obtiene 2ª mención honrosa en el concurso mundial de poesía erótica Bendito sea tu Cuerpo (2008). Aparece en el compilatorio del mismo nombre. Aparece su plaquette Sandra, (Maribelina editores, 2009). Publica su poemario temático Summer Screams(Hipocampo editores, 2009). El 2012 publica. Publica Historia de Sangallaya (Asociación Distrital Sangallaya, 2012). El año 2013 publica con Altazor editores su segunda novela Tigres de Papel. Publica la II edición de su novela Resplandor Púrpura, editada por G4eneration (2014), en Buenos Aires. Publica Salamanca Sixties Un estudio sobre el rock en la Clase Media de Lima, (Editorial Selección Gallera 2014). Publica su novela Los Stones, (Animal Literario, 2016).
Publica Song From Lima, poesía, (Korriente A editores, 2017). Publica el trabajo de investigación Wanka Rock, historia del rock en Huancayo de 1959-1979, Korriente A editores (2017) con una reimpresión de Sonidos Latentes Producciones ese mismo año. Dirige el equipo técnico para la elaboración de el Plan Municipal de La Lectura y el Libro de la Municipalidad Provincial de Cusco, 2017. En 2018 publica tres ediciones de Manco Inca y la gran guerra de reconquista (Grupo Editorial RAS, Raymi Editores, Zafiro Editores). Con tres ediciones agotadas en menos de tres meses. El libro fue el segundo más vendido de la Feria Internacional del libro de Cusco.
Ha aparecido en 20 compilados de poesía a nivel mundial, incluye traducciones al francés y portugués de su obra. Ha sido columnista del diario Extra, y del Diario del País, Diario del Cusco, Diario El Sol del Cusco. Además de las revistas digitales Punto de Encuentro, Main Neim, Cronopio, etc., a nivel nacional e internacional. Ha sido conductor del programa El Rincón de Los Incomprendidos por HCM Tv radio, y de Palabra x Palabra por HCM Tv radio. Ha editado más de 20 libros con su sello RAS. Es en la actualidad columnista del semanario Qosqo Times y editor periodístico de la revista Open Cusco, de distribución gratuita en Lima y la Ciudad Imperial.
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