Henry Vallejo es un apasionado del cine. El director y guionista puneño cuenta con más de dos décadas de experiencia en el oficio y planea ir por más. De cara al final del 2020, año en que estrenó Manco Capac, su segundo largometraje, conversó con Cocktail sobre sus inicios, proyectos y la huella indeleble de su tierra en cada producción que lleva su nombre. Todo comenzó con sus raíces. En su natal Puno, un escolar Henry Vallejo dibujaba el cómic de un superhéroe local cuando su profesora se acercó. Lejos de darle un castigo por distraerse de la clase, la maestra le pidió que exponga su trabajo frente a todos. Sus compañeros, recuerda, lo aplaudieron cuando concluyó. Pero su afición por las historias data de unos años atrás, cuando leía y coleccionaba cómics junto a su hermano mayor.

Por esos días tuvo su primer contacto con el cine. Sus padres lo llevaban al Cine Puno y al Cine Municipal, mientras su abuela le daba propinas para pagar sus boletos. “No es que hubiese un cine, sino que se improvisaba un cine en el salón parroquial de la plaza de armas con sillas desarmables de metal y un proyector, que años más tarde comprendí que se trataba de un proyector de 16 mm. Allí vimos películas de Bruce Lee y algunos westerns de los años 70 y 80”, precisa. La afición se prolongó durante su adolescencia, pero el germen de la vocación despertó alrededor de sus 20 años. Para entonces, había probado suerte como becado de ingeniería eléctrica en Argentina y como estudiante de contabilidad en el Perú. No era lo suyo. Pero sus posibilidades de dedicarse al cine eran escasas en aquel momento. ¿Qué hacer? 

Día de rodaje de Manco Capac.

Optó entonces por estudiar comunicaciones a escondidas de su familia, quienes no apoyaban la decisión, a la par que trabajaba como guía turístico. Luego hizo una pausa y viajó a Lima para estudiar talleres en producción de televisión y documentales en el Instituto Nacional de Investigación y Capacitación de Telecomunicaciones (Inictel). Allí pasaba todo el día abocado al estudio, pero se sentía, por fin, como pez en el agua. De regreso a Puno, concluyó sus estudios en la Universidad Nacional del Altiplano y produjo su primer corto: Romato. En quinto año ya tenía el primer borrador del guión para El Misterio del Kharisiri, su primer largometraje, que vio la luz en el 2004. Ambas producciones son hijas del ingenio, la prueba y el error. “Hasta este punto dirigía por intuición”, recuerda.

Manco Capac, por otro lado, es fruto de la misma creatividad, pero sumada a la experiencia y estudios con los que Vallejo ha enriquecido su trabajo. La inagotable diversidad de su natural Puno y su interés por el cine social inspiraron la cinta. Para llevarla a cabo, realizó un exhaustivo casting en Lima, Arequipa, Cusco, Puno y Juliaca. Necesitaba un actor que transmitiera las tribulaciones personales del protagonista, pero también el acento rural puneño, según comenta, muy difícil de replicar para los actores. Encontró esa última cualidad y potencial para la actuación en Jesús Luque, reconocido este año como el mejor intérprete del Festival de Cine de Lima. Luque no tenía experiencia actuando antes de conocer a Vallejo, pero el apoyo de todo el equipo y su constante preparación hablan por sí solas en la pantalla. “Si algo sale bien no es ninguna casualidad, hay mucho trabajo y preparación detrás. Felizmente, pudimos cohesionar a los actores profesionales con los actores que no lo eran”, apunta el director. 

Jesús Luque durante el rodaje de Manco Capac.

Al ser preguntado por su perspectiva del cine regional y limeño enfatiza que el primero tiene mucho que contar, mientras el segundo es igual de diverso. Reconoce también que cualquier producción audiovisual emprendida en el Perú representa un esfuerzo titánico para los equipos de producción. “Siento mucho respeto por todos los realizadores, tanto limeños como regionales, porque sé lo difícil que es lidiar con un rodaje, sobre todo con uno prolongado”, acota. Ahora, el director se encuentra trabajando en la fase de investigación de un nuevo largometraje. Desliza que abordará el tema de la pandemia, pero todavía está perfilando un matiz particular para alejarse de las historias redundantes.

Entrevista: Diego Oblitas Novoa  

Escribe: Marisol Alvarado