Después de varios meses de cuarentena y aislamiento social los países latinoamericanos vienen dando pasos seguros para la reactivación económica y del turismo. La situación actual sin duda ha marcado un antes y un después en el estilo de vida de las personas y se constituye en un momento de oportunidad para replantear los hábitos e intereses y ajustarlos a los grandes desafíos de la humanidad: las causas ambientales, sociales, tecnológicos, entre otras.
Los viajeros ahora tienen otros intereses que se ajustan a esa nueva normalidad y a ese despertar de conciencia que provocó la pandemia y las medidas de confinamiento. Por eso el wellness dejó de ser una tendencia para ser un estilo de vida en el cual las personas buscan sentirse bien como clave para vivir felices, así lo afirma Maria Pucci instructora de yoga basada en Aruba, y agrega “ante la amenaza inminente de la enfermedad, todo vale para fortalecer nuestro sistema inmune, reforzar nuestras ganas de vivir y luchar por nuestras metas”.
En ese contexto, la isla feliz ofrece un escenario perfecto para “resetear la mente, el alma y el cuerpo”, dijo Pucci. “Aruba es una isla donde la paz se respira en su viento y se siente en la piel con ese calorcito del sol durante 360 días del año”.
Con planes como caminatas dentro del Parque Nacional Arikok, hogar de tesoros de valor incalculable, donde conviven fauna y flora nativa; la práctica de deportes acuáticos como el kitesurf y el windsurf, yoga al aire libre, antigravity entre otras, y por su puesto sus playas que invitan al descanso de una manera simple y que se ajusta a todos los planes, en el que el mar tiene un efecto terapéutico relajante y que energiza. Aruba le ofrece a los viajeros un destino ideal para relajarse, fortalecer su sistema inmune y reconectarse con su esencia.
La instructora de yoga, afirma que “ser felices es una decisión, las actividades físicas al aire libre son una opción acertada, la naturaleza nos reconecta con nuestra esencia humana. Practicar ejercicios de respiración, meditación y yoga son prácticas saludables para envejecer en bienestar, apoyan la fortaleza de nuestro sistema inmune y nos ayuda a vivir en armonía”.