En Francia existía una competitividad cada vez más estricta y excluyente de aquellas pinturas que no cumpliesen con los estándares de calidad heredados generacionalmente. Es así como Édouard Manet no toleró que su más reciente obra “Le Déjeuner sur l’Herbe” fuese rechazada por el Salón de París. Respaldado por el grupo de excluidos, propició lo que sería el trascendente “Salón de Rechazados”.

De esta forma, surge el impresionismo, un movimiento que se desliga progresivamente de lo convencional y que reposa en las facilidades que otorga el relativismo artístico. Esta corriente surge a raíz de la rebeldía de aquellos artistas que habían presenciado el rechazo de sus obras por parte de la Academia Francesa de Bellas Artes y quienes consideraban de obsoletas aquellas regulaciones clásicas.

En dicho contexto, la ideología relativista desconfiguraba la belleza objetiva y categórica, desprendiéndola de la obra y colocándola en el ojo del espectador. De esta forma, los impresionistas empezaron a reemplazar lo objetivo por lo subjetivo, rechazando así, los estrictos estándares universales que “limitaban” sus expresiones individuales. Además, encontraron una forma perfecta de disimular su técnica.

Es relevante recalcar que las primeras generaciones de impresionistas desafiaban la convencionalidad, manteniendo y desarrollando diversas técnicas de luz, pinceladas, intensidad de color o manejo de perspectivas. Así, se crearon meritorios cuadros como “El Ensayo” o “Mujer con sombrilla en el jardín”. Pese a ello, las generaciones posteriores presentarían un declive gradual con respecto a la calidad artística de las obras, en las cuales cada vez se implementaban menos componentes técnicos.

Asimismo, empezó una visible resignación a lo que podían ofrecer los conceptos, se fueron destruyendo completamente los esquemas estilísticos y se abrieron las puertas para lo que hoy se conoce como arte postmoderno o contemporáneo, el cual se encuentra plagado de obras polémicas y que contrastan significativamente en cuanto a la calidad artística de innumerables generaciones pasadas.

Escribe: Renatto Luyo