Al noroeste de África, se encuentra ubicado Marruecos; uno de los destinos turísticos más interesantes si deseas salir de tu rutina habitual. Conocido por su cultura, sus desiertos, y su clima mediterráneo, ofrece una experiencia única para todos sus visitantes.
Marrakech es uno de los destinos más importantes de Marruecos. Esto se debe a que, junto a Mequinez, Fez y Rabat, pertenece a las cuatro ciudades imperiales del país. Está situada en el oeste, y destaca por diversos lugares como la Plaza Jemaa El-Fna, el Jardín Majorelle, el Palacio de El Badîi, La Mezquita de la Koutoubia y la cuenca del Menara.
Desde que llegas a Marruecos, te impresionas por los espacios y la ciudad. Cualquier persona que venga de Occidente, puede llegar a sufrir un choque cultural por las diferencias entre esta nación y su país de origen. Para empezar, el clima es uno de los más calurosos si viajas durante julio y agosto. Este puede llegar hasta los 37°C. A pesar de este factor, es menester que los turistas mantengan respeto por todas las reglas y costumbres del país. Esto incluye, claramente, la vestimenta.
La chilaba es el traje típico de los marroquíes, que consta de una túnica con capucha que cubre desde el cuello hasta los pies. Las mujeres se visten con el mismo traje solo que un poco más entallado y con bordados como decoración. Asimismo, se utiliza el hiyab y sus variaciones dependiendo de las creencias. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que para los marroquíes, mostrar ciertas partes del cuerpo como los hombros, brazos o pantorrillas puede significar una falta de respeto; incluso si te encuentras visitando una zona turística. Por lo tanto, es recomendable portar prendas que cubran estas zonas del cuerpo, de lo contrario, se generan altercados. Esto es más exigente en las mujeres.
La mayoría de la población en el país pertenece a la religión musulmana. Específicamente, la rama que practican es el Maliki Islam, la cual permite que se adapte a la cultura del país en el que habitan. Además, es menos estricta en lo que corresponde a las normas de la religión musulmana. Sin embargo, como mencionamos anteriormente, en todo momento se debe mantener el respeto. Por esta causa, está prohibido visitar algunas mezquitas situadas en los alrededores del país si es que no perteneces a los musulmanes. No obstante, en Marrakech puedes acudir a las mezquitas Kutubía, Ben Youssef, Mouassine, La Kasbah y Bab Doukkala en sus exteriores.
Uno de los lugares a los que tienes que ir para encantarte con las maravillas que se encuentran en Marruecos es la Plaza Jemaa El-Fna. En este mercado, podrás comprar productos nacionales como el aceite de argán, adornos de bronce y plata, joyas, lámparas típicas, trajes y vestimentas, alfombras, entre otros. Otra recomendación es que sí o sí debes regatear por el precio de los productos. Además, ten cuidado con los productos naturales, pues podrías tener problemas en el aeropuerto si estos no están sellados correctamente.
En esta plaza, además de comprar ciertos productos, pueden ser espectadores de shows increíbles que no encontrarás en otro lugar del mundo. Por ejemplo, hay músicos de flauta que encantan a las serpientes para mostrar trucos impresionantes sobre las alfombras. Además, podrás ver a animadores de monos y macacos que ofrecen performances prometedores. Debes dejarles propina. Si quieres llevarte un recuerdo más íntimo, algunas señoras te pintan con henna algún diseño de tu preferencia en las manos y los brazos. Estos tatuajes duran hasta diez días.
La moneda oficial de Marruecos es el dirham, el cual equivale a un centavo de dólar estadounidense. Por lo tanto, es relativamente accesible y/o económico viajar a este destino. El idioma oficial es el árabe y el amazigh. Sin embargo, están quienes hablan español o francés, sobre todo los comerciantes y/o guías turísticos. Una atracción que no te puedes perder al visitar Marruecos es el recorrido por el desierto del Sahara.
Este tour dura un total de tres días y dos noches. Lo recorres sobre un camello. Si no cuentas con esa cantidad de días en tu estancia, existen otras opciones de tours como pasear sobre camellos recorriendo el desierto de Marrakech, y visitando las montañas. Definitivamente, viajar hacia Marruecos no es para cualquiera. Esta experiencia va para ese aventurero que se arriesga a lo desconocido para guardar experiencias únicas en su memoria.
Escribe: Claudia Martens (@claudiamartensc)