Bodegas Muga es una empresa fundada por Isaac Muga y Aurora Caño. Sus instalaciones están asentadas sobre un edificio bicentenario ubicado en el emblemático Barrio de la Estación de Haro (La Rioja). Actualmente, se mantienen vigentes en el sector vitivinícola bajo el mando de la tercera generación.

Una bodega 100% familiar. «Mi abuelo inició este proyecto en 1932 con vinos jóvenes sin crianza, porque en los años 30 atravesaron la Guerra civil española. Luego vino la Segunda Guerra Mundial. El vino se hizo muy popular en aquella época, pues no había alimento», nos cuenta Juan Muga, director de exportación que, junto con sus hermanos, dirige la firma hoy en día.

Se ubican en Haro, al norte de España y a 150 kilómetros de Francia. Es un pueblo muy antiguo, pero está lleno de túneles de bodegas donde se hacían vinos en antaño. Por eso el lugar se llama la Estación. «Muchos burdeos fueron a España debido a la cercanía y las condiciones de clima y terroir. Los suelos son arcillosos-calcáreos y aluviales por la proximidad al río Ebro, uno de los más influyentes que traen mucha piedra redonda; la cual hace que se mantenga el calor», añade.

Bodegas Muga cuenta con más de 400 hectáreas en propiedad y practica un cultivo razonado con importantes inversiones en los últimos años en viticultura de precisión, además de técnicas sostenibles y novedosas como, por ejemplo, la «confusión sexual» para luchar contra las plagas del viñedo de la manera más respetuosa con el entorno. «El 80% de nuestras uvas es tempranillo en Rioja. El otro 20% lo compramos a proveedores. La Denominación de Origen Rioja fue la primera calificada, más antigua e importante de España. La selección de uvas la hacemos con unas máquinas especiales que, por visión óptica, separan los granos».

Muga utiliza madera, trasiega por gravedad y no filtra los vinos, pues los clarifica con clara de huevo. Un proceso sumamente complejo que emplea alrededor de 100 mil huevos anuales para limpiarlos. Emplean roble en todo el proceso de elaboración y crianza. De hecho, es la única bodega de España que cuenta con un maestro cubero y tres toneleros, los cuales fabrican en la propia tonelería de la bodega los depósitos y las barricas.

«En su mayoría, tenemos blends. Nuestra especialidad son los tintos, aunque tenemos algunos blancos y rosados. Las variedades de uva son como las personas. Todos tenemos carencias y cualidades, por lo que la fusión entre ellas es la identidad del producto», revela Juan Muga. A nivel comercial, Bodegas Muga ha tenido desde sus inicios un enfoque muy claro hacia la distribución de calidad y con mucha capilaridad. Sus marcas Muga, Prado Enea, Torre Muga, Aro, Flor de Muga y Conde de Haro presentan una gran trayectoria de reconocimientos de premios y puntuaciones por los críticos nacionales e internacionales más prestigiosos.

Actualmente, los vinos de Bodegas Muga están presentes en 82 mercados y la exportación representa un 50% de las ventas siendo Estados Unidos el principal, seguido por Reino Unido, Canadá y Alemania. El conjunto de los países asiáticos representa una parte importante, incluyendo China; pero también otros destinos de valor como Corea, Singapur, Japón, Vietnam o Taiwán. En el Perú llevan 20 años y, desde el 2004, son importados por Panuts y distribuidores en hoteles y restaurantes.

«Somos 100% sostenibles en la madera, la electricidad y el agua. Lo que más quiero es que los consumidores conozcan la naturaleza, lo que conlleva y la historia del vino que es milenaria», asegura Juan. El enoturismo, la sostenibilidad y la filantropía son una parte intrínseca de la filosofía de la familia. A partir de ello, iniciativas y proyectos importantes se están llevando a cabo. En definitiva, Bodegas Muga ha conseguido aunar la más absoluta tradición familiar con una renovada visión de futuro, que les ha permitido mantener un carácter y una personalidad propia muy definida. Descubre más en www.bodegasmuga.com.

Escribe: Valeria Burga