La familia Drouhin, con más de setenta hectáreas de viñedo regadas por los soñados Chablis, Côte d´Or, Côte de Beaune y Côte Chalonnaise, están en Lima gracias a RM Wine & Food. Un portafolio para sacarse el sombrero. 

Se dice que los vinos de Borgoña son como la estrella de Belén para los enólogos. Es extremadamente complejo poder graficar el estilo de los tintos y blancos de esta región que descansa al este de Francia (al norte del Ródano) en un solo texto. Con tan solo decirles que cuenta con 5 Appellations D’origines Contrôlées (AOC), 33 Grands Crus, 562 Premiers Crus, 44 Villages y 23 denominaciones Regionales y Semi Regionales. Pero bueno, acá se separa la paja del trigo, y una de las firmas con mayor renombre de toda la Borgoña en general es Joseph Drouhin, que lleva sobre sus espaldas más de 140 vendimias y toda una vida logrando los mejores Pinot Noir y Chardonnay del planeta. Hoy que el paladar limeño anda curioso por regresar a los vinos del Viejo Mundo, ya algo zaceados de los taninos del Nuevo Mundo, tienen en Joseph Drouhin todo un mundo de finas sensaciones.

Todo empezó en 1880, cuando un joven Joseph Drouhin, con tan solo 22 años se trasladó desde su Chablis natal a Beaune, para adquirir los derechos de una casa comercial fundada en 1756 que vendía vinos. Quiso hacer sus pininos en el negocio de las bebidas. Su habilidad afloró y llegó a ser un reconocido negociante. Su hijo Maurice, quien ya conocía el teje y maneje del negocio, heredó la firma en 1918, pero fue un poco más allá: compró los primeros viñedos en las prestigiosas parcelas Clos des Mouches y Clos de Vougeot. Desafortunadamente, la vida es un pañuelo. El sueño de Maurice terminó con su repentina muerte a los 24 años en 1957, y allí entró a tallar su hijo adoptivo, Robert, quien puso el hombro y llegó, años después, a poner la bodega en el mercado internacional. Y así, almanaque tras almanaque, los vinos de Joseph Drouhin hoy son un referente de toda Borgoña.

En la actualidad, realmente desde el 2003, la bodega es gestionada por los cuatro hijos de Robert Drouhin: Laurent Drouhin, embajador de la marca y director del mercado de Estados Unidos; Frédéric Drouhin, presidente ejecutivo; Philippe Drouhin, encargado de los viñedos; y Véronique Drouhin, la enóloga. En total elaboran vinos en 90 denominaciones de diferentes orígenes, repartidas en 78 hectáreas. La mayoría de ellas cultivadas siguiendo los preceptos biodinámicos. En el 2008 apostaron por crecer en viñedos y agruparon 39 hectáreas bajo el nombre Drouhin-Vaudon, en homenaje al viejo molino del s. XVIII, situado a orillas del río Serein, que fue restaurado para convertirse en la bodega de los Drouhin en Chablis. En la Côte de Nuits y la Côte de Beaune, Drouhin posee 36 hectáreas en los viñedos más prestigiosos del corazón de la Borgoña.

Como sabemos, todo está en el terroir, que cada metro cuadrado vale miles y miles de dólares. Les pongo un ejemplo, los Drouhin poseen 0,23 ha. en el Grand Cru Bonnes Mares, 0,13 ha. en el Grand Cru Chambertin-Clos de Bèze, 0,60 ha. en Chambolle-Musigny 1er Cru Amoureuses, 2 parcelas de 0,91 ha. en el Grand Cru Clos de Vougeot compradas por Maurice Drouhin, 0,46 ha. en Échézeaux Grand Cru, 0,48 ha. en Grands Échézeaux Grand Cru y 13 ha. del famoso Beaune 1er Cru Clos des Mouches, plantado con Pinot Noir y Chardonnay, una rareza en Bourgogne. En Macônnais, por su parte, poseen 3 ha. en propiedad y también elaboran en la Côte Chalonnaise y en el Beaujolais, aunque aquí prefieren trabajar con viticultores locales. Philippe y Véronique viven en los viñedos. Supervisan diariamente la evolución del vino y visitan las viñas paso a paso. 

No existe un buen restaurante en el mundo que no disponga en su carta de un vino Joseph Drouhin, y si tuviera que elegir entre la importante variedad de vinos que elaboran, creo que me decantaría por un Chambertin Grand Cru, un Nuit Sant Georges, o un Pommard. Pero, opten por un Pinot Noir, una uva que muestra lo mejor de Borgoña, el talento y la sabiduría de una familia que ama el vino como nadie. El estilo de los vinos Joseph Drouhin, recapitulando, muestra un equilibrio de elegancia y armonía: cuando son jóvenes, ofrecen aromas afrutados y seductores, adquiriendo con la edad una distinguida complejidad. Cabe mencionar que en los años 1980 crearon Domaine Drouhin en Oregón, donde decidieron plantar Pinot Noir y Chardonnay en Dundee Hills. El siguiente paso, también en Oregón, pero en la región sur de Eola-Amity Hills en Willamette Valley, llegó con Roserock. Dos proyectos paralelos donde elaboran blancos y tintos con la frescura y finura que caracterizan los vinos de Bourgogne. Una familia que busca la máxima calidad en cada una de las etapas, del viñedo a la botella. Y como les mencioné, están en Lima gracias a RM Wine & Food.

Escribe: John Santa Cruz

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