Hemos sido testigos de la consagración del máximo referente del fútbol. Lionel Andrés Messi Cuccitini es una leyenda que marcó la historia. Tuve la suerte de ver cómo acariciaba y alzaba la Copa del Mundo. Quienes lo hemos seguido a lo largo de toda su carrera, disfrutamos y sufrimos con él hasta el final. El domingo 18 de diciembre de 2022 fue el día en el que se acabaron las discusiones y los debates sobre quién es el mejor jugador de todos los tiempos. Argentina no podía lograrlo sin hartas dosis de sufrimiento. El 2 a 0 inicial era un escenario sumamente sencillo para ser real. Claramente, Mbappé no podía dejar el marcador en ese estado. Sus goles retumbaron el estadio Lusail y el corazón de todos los que ansiabamos la victoria de Messi y la «scaloneta». En ese momento, vinieron recuerdos de todas las finales perdidas: Brasil 2014, Copa América 2015 y Copa América Centenario 2016.

Leo se vestiría de héroe nuevamente. Impulsó el esférico hacia el arco una vez más. Sin embargo, otro penal revivía la ilusión de Francia de la mano de su máxima figura: Kilian Mbappé. No falló. Es una máquina de hacer goles. Un digno rival. Debo reconocer que este  es uno de los mejores encuentros deportivos que he presenciado. La pasión argentina contra la resistencia francesa. Creo que, si tengo que rescatar un momento clave, —además de los goles de Messi, Di María y Mbappé— me quedo con la parada de Dibu Martínez en el minuto 123. Una obra de arte con el pie que salvó el sueño de la albiceleste. Tuvimos que esperar hasta los penales para observar cómo Lionel Messi se consagró campeón. Minutos de infarto que no serán olvidados e  imágenes que permanecerán siempre.

Admiro a Messi desde el día que debutó con el FC Barcelona allá por el 2004. El mejor recuerdo es el pase de Ronaldinho para que él anotara su primer gol en tierras europeas. Desde entonces, ganó todos los títulos posibles; pero le faltaba lograrlo con su país. Los aficionados fueron duros con él. No confiaban y lo querían fuera. Siempre fue el culpable de los fracasos argentinos. No obstante, cerca del final de su carrera deportiva, lo consiguió: la Copa América 2021, la Finalissima 2022 y el Mundial de Qatar 2022. Nadie más ha podido obtener todo lo que posee el rosarino a nivel de clubes y selección. Siempre estará en el primer lugar, aunque intenten compararlo con otros.

Después de 36 años, Argentina ya tiene su tercera Copa del Mundo y tres estrellas en la camiseta oficial, trucha o inventada. Muchos dudaron cuando perdieron el primer partido contra Arabia Saudita. Sin embargo, Leo Messi supo guiar a su selección en la fase de grupos, octavos, cuartos, semifinales y, especialmente, en la final donde marcó un doblete. La reciente cita mundialista enfrentó a dos jugadores separados por 12 años: Messi y Mbappé. Paradójicamente, podríamos decir que estamos entre el presente y el futuro del deporte rey.

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El argentino consiguió llevarnos a la cumbre de la emoción y dar la certeza de que no hay espacio para más debates sin sentido. Hoy celebramos el triunfo de una leyenda que nos ha acompañado todo este tiempo. Será admirado por toda esta generación y las que vengan en el camino. Su nombre nunca será borrado. Es el mejor de todos los tiempos según las estadísticas que marca este deporte tan hermoso. Siempre he confiado en él. Sabía que lograría lo último que le faltaba para consagrarse como el amo del fútbol. Simplemente incomparable. Gracias, Leo.

Escribe: Valeria Burga Bobadilla (@vale_burga26)

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