Por Jasmine Rincón Morales

Nada personifica mejor la naturaleza festiva del vino espumoso que los vencedores de la F1 bañando a todos con champagne. Personalmente, prefiero beber champán que ver a hombres adultos rociarse unos a otros con él. Sin lugar a dudas, la admiradora más ávida del champán fue Madame Lily Bollinger, quien dijo lo siguiente: «Lo bebo cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces lo bebo cuando estoy sola. Cuando estoy en compañía lo considero obligatorio. Jugueteo con él si no tengo hambre y lo bebo cuando tengo hambre. De lo contrario, nunca lo toco, a menos que tenga sed».

Debido a su asociación festiva, he experimentado cómo abrir una botella de vino espumoso transforma cualquier evento en una ocasión especial. Está llegando el verano y los días cálidos y soleados nos dejan soñando despiertos con alegres placeres al aire libre: fiestas en el jardín, paseos espontáneos en bicicleta, picnics creativos, días prolongados junto al mar y, sobre todo, parrilladas, es decir, ¡celebrar la vida! No importa cuál sea la ocasión, pues el vino espumoso siempre cumple los requisitos. Ya sea para almorzar con amigos, dar un regalo navideño o simplemente disfrutar de una copa en casa después de un largo día de trabajo, a veces, todo lo que necesita es una botella llena de burbujas. 

¿No estás seguro de por dónde empezar? Las burbujas y el brunch son sinónimos. Que lo digan los que disfrutan el famoso Champagne Breakfast, sin embargo, un Prosecco de alta calidad es espectacular como para beberlo solo, o para acompañar tu delicioso y contundente desayuno que parece almuerzo. En ocasiones, beber bebidas burbujeantes en una noche informal entre semana es exactamente lo que requiere un largo día. Elegir una botella de Cava le costará menos que una botella de champagne; sin embargo, el vino se elabora mediante el mismo proceso, lo que le da una textura similar a su elegante homólogo francés.

El clima fresco y las estrictas restricciones de Denominación de Origen dan paso a botellas excepcionales de clase mundial, que seguramente impresionará al destinatario de tu regalo. El champagne combina bien con casi todas las ocasiones, desde las más sencillas hasta las más extravagantes. Puedes ver a muchos amantes del champán bebiendo sus botellas favoritas junto con un trozo de carne asado sobre llamas calientes, espolvoreado con nada más que una pizca de sal y un toque de pimienta recién molida. 

Por otro lado, beber al aire libre no se limita solo a vinos blancos y rosados ​​sin gas. De hecho, los pét-nat son algunos de los vinos más atractivos del mercado. Ellos obtienen sus burbujas a través del método ancestral, lo que significa que la fermentación primaria termina en botella (en lugar de someterse a una fermentación secundaria), creando una ligera efervescencia, generalmente con pequeñas cantidades de azúcar residual y un contenido alcohólico bajo. Los pét-nat son básicamente los chicos geniales que acompañan muchos platos. Agradable, colorido e increíblemente apto para el patio. Perfecto para beber durante el día.

Para una noche italiana verdaderamente auténtica, combina tu pizza con Lambrusco, el efervescente tinto característico de Emilia-Romaña. Estos tintos espumosos y frutales son de lo más frescos y combinan maravillosamente con salsa de tomate, queso y una variedad de aderezos para pizza. Un beneficio adicional es que el Lambrusco generalmente siempre es asequible, lo que garantiza que tu disfrute rinda mucho. No esperes a una ocasión especial, abre una botella de un vibrante vino espumoso hoy. Celebra la vida y hazlo a menudo. Así vivirás más y mejor.  ¡Salud!

Jasmine Rincón
(@thenewsommelier)