Contrario a lo que a muchos nos enseñaron, el renacimiento no fue una fecha o un día en concreto en el cual el hombre decidió iluminarse y comenzar a explorar la anatomía humana y surcar los océanos. Si bien está situado en el siglo XV con la caída de Constantinopla a manos del Imperio otomano, en verdad el renacimiento fue un proceso gradual de una sociedad feudal basada en la actividad agraria a una sociedad mercantil.

Este periodo de cambios trajo consigo un mayor interés en ubicar al ser humano en el universo. Es decir, el arte y la sociedad ya no giraba solo en torno a Dios. Asimismo, se planteaban nuevas metas e interrogantes en el arte que se buscan resolver a través de la ciencia. De igual manera, los artistas iniciaron una búsqueda por conquistar la realidad. Es un renacimiento parcial de la cultura clásica griega; es parcial, ya que esa nueva sociedad estaría marcada con siglos de cristianismo, cosa que no tenían los griegos y los romanos.

El día de hoy, presentamos los clásicos de los clásicos, pues veremos cinco obras muy importantes del Renacimiento que todo amante del arte debe conocer.

1-La Gioconda

También conocida como la Mona Lisa. El retrato surge con más fuerza en esta época. La he puesto primero ya que es una de las obras más conocidas no solo en el renacimiento sino en la historia del arte. Cautivadora y misteriosa ¿Quién fue esta mujer en vida? no sé si se sabrá algún día, pero la sonrisa de su sonrisa es una intrigante y a la vez una respuesta. Es una obra maestra italiana sin precedentes que sigue vigente en nuestros días.

Da Vinci, 1503, La Gioconda, oleo sobre tabla, museo de louvre, Paris 

2-La última cena

También de Leonardo Da Vinci. Muestra un pasaje de la biblia en el cual Jesús tiene una ultima cena con sus apóstoles antes de ser traicionado y llevado a la cruz. Para la obra, los modelos posaron en vivo (cosa que en la época no era común). También, comenzó a haber más dinamismo en las poses, inclusive en las pinturas de índole religioso. En este caso la escena muestra el momento en el que Jesús anuncia que será traicionado por uno de ellos y la reacción de los demás. Es una escena dramática y tensa representada de una manera tranquila y lo más realista posible. La perspectiva vuelve a entrar en juego, hay un punto de fuga que juega a favor del protagonismo de Jesús. Esta pintura le valió fama a Da Vinci y fue copiada por mucho artistas de la época.

Da Vinci, 1495-1498, La Ultima cena, Oleo y temple sobre yeso, Iglesia Santa Maria de la gracia, Milán 

3-La transfiguración

La última obra de Rafael Sanzio, este fresco, encargado por la familia Medici, fue pintando hasta su lecho de muerte y es sin duda una de sus mejores obras, pues anticipa el manierismo. El cuadro narra no uno sino dos pasajes de la biblia: cuando Jesús se transfigura y muestra su gloria a sus apóstoles mientras que ellos están tratando, sin éxito, de exorcizar a un niño poseído. Este pasaje evangélico fue retratado por varios artistas a lo largo de la época, pero ninguno a tal nivel y detalle como lo hizo Rafael, ya que él logró dominar la perspectiva. El cuadro posee una dicotomía apoyada por el color y el contraste. Asimismo, se representa aquí al hombre y sus vicios en la zona posterior y a Jesús en la zona superior ascendiendo como la encarnación de todo lo noble y lo divino o más cercano al cielo.

Rafael, 1516-1520, La Transfiguración, oleo y temple sobre tabla, Museos vaticanos, Roma 

4-La creación de Adán

Miguel ángel retrata el momento en el cual Dios crea al hombre a su semejanza de manera poética y sublime. Pinta a Dios en el extremo derecho representado como un hombre mayor con grandeza divina, vestido de una túnica purpura; este está flotando cargado por sus querubines. Adán, en cambio, es representado desnudo de una manera más terrenal y humana; echado entre las rocas de lo que podría ser un monte en el extremo izquierdo del cuadro. El brazo de Adán se alarga para encontrarse con el brazo de Dios que le dará la chispa de la vida. Lo hermoso de esta pintura es el dominio y estudio de la anatomía por parte de Miguel Ángel. Ambos tienen bellos perfiles. Las figuras y el ritmo ayudan a que el cuadro sea armonioso y rítmico. Uno como espectador no puede evitar centrarse en las dos manos, ambos dedos que están tan cerca uno del otro y sin embargo no se tocan.

Miguel Angel, 1511, La creación de Adán ,fresco, capilla sixtina, Roma 

5-El nacimiento de venus

Guarde mi favorita para el final. La belleza clásica de una diosa. Venus con un rostro dulce y sereno nos recuerda a la iconografía de las madonas. Esta obra en su época fue revolucionaria, ya que representaba un desnudo sin ninguna connotación religiosa que pudiera justificarlo y a la vez habla de un episodio de la mitología grecorromana, en vez de un pasaje bíblico. Fue encargado por la familia Medici que tenía bajo su mecenazgo a los mejores artista de Italia, entre ellos Botticelli. Debido al poder e influencia que tenían los Medici en Florencia, ni si quiera el Vaticano podía impedir que se realizaran este tipo de obras. En esta, podemos ver que los conceptos y la realidad se idealizan. Además. se exageran las proporciones del cuerpo femenino para que se vea más armonioso. La forma voluptuosa, curvilínea, no solo en la misma Venus que es el personaje principal y que está al centro del cuadro, sino en el dinamismo de los personajes que se acercan a asistirle muestran una nueva ola de arte, llena de vida. Todo en perfecta composición.

Botticelli,1482, El Nacimiento de Venus, Temple sobre lienzo, galería Uffizi, Florencia

No hay que olvidar que la cultura renacentista es también una cultura muy religiosa, pero se introduce allí el interés del ser humano. A través del estudio de la cultura antigua clásica griega se van develando más misterios sobre el cuerpo y el carácter humano que habían sido dejados de lado por siglos. Este periodo nos ha dado obras cúspides que han trascendido como cultura general, nos ha dado cánones de belleza y deleite visual. Lo celestial, lo divino se mezcla con la ciencia y la mitología griega.

No había una aproximación tan detallada sobre el cuerpo humano y su anatomía desde la Grecia clásica. El renacimiento se enamora de nosotros, del ser humano como ser pensante capaz de investigar y crear. Se enamora también del cuerpo y del desnudo, se enamora de los detalles, músculos, curvas y ligamentos cuya línea de pincel podrá dotar de veracidad, realismo y armonía a sus pinturas.