Es un bartender experimental caracterizado por su talento en el arte de los licores, principalmente con aquellos que contienen cannabis como ingrediente especial.
Fue militar, piloto de avión y viajero, pero lo que finalmente lo cautivó: la coctelería. Siente que llegó a este mundo por un golpe de suerte que le hizo encontrar su pasión. Por ello, agradece todas las cosas que realizó en el pasado, pues lo enriquecieron hasta convertirlo en lo que es ahora. “De solamente preparar cocktails, entenderlos, practicarlos y saber historias, vas tomando esa experiencia para volverte más profesional. Todo va de la mano y se debe estudiar mucho”, señala. Nuestro invitado lleva trece años desarrollando su talento en este rubro, y no ha dejado de aprender.
Lo que realmente hace evolucionar a la coctelería es que se trabaja con diferentes insumos para elaborar una bebida. Algo que caracteriza a Juan Diego de otros dedicados al rubro es que utiliza cannabis en sus recetas. “El cannabis es milenario, solo un botánico más que existe desde siempre. A mí me gusta la mezcla de sabores y los acompaño con este ingrediente, de tal manera que tenga que ensamblarse al trago”, resalta. En esta fase es importante el uso de la técnica, el profesionalismo y el tiempo de estudio. De ese modo, el público recibe un producto final hecho con sumo cuidado y apto para ser consumido.
Además de lo clásico, hay otras cosas a las que aún no estamos acostumbrados. El objetivo es atrevernos a probar lo nuevo, aquello que forma parte de las diversas familias de cócteles. Teniendo en cuenta que las innovaciones son infinitas, el sabor está para desarrollarse en las bebidas, al igual que con la comida. “Día a día los bartenders desarman cócteles para volverlos a hacer, suplantando un ingrediente por otro. Son nuevas formas de interpretar y entender las bebidas”, añade. El barista debe primero comprender un sabor antes de utilizarlo, y de esta manera puede luego aplicar ingredientes de todo el mundo. Lo importante, a fin de cuentas, es experimentar.
En otras palabras, lo ideal es implementar la coctelería cannábica de una forma regulada para que sea de libre uso, ya que, según nuestro invitado es lo que se necesita para eliminar los prejuicios existentes. “Todo está en informarse, saber lo que estás usando y para qué lo haces. Existen cepas infinitas de cannabis, al igual que sabores. Es como el vino, solo hay que conocerlo”, asegura. Asimismo, aconseja que se debe manipular apropiadamente a la planta al momento de hacer las bebidas, pues lo que busca un cliente es la experiencia más cómoda y satisfactoria posible.
De momento, Vargas no puede dar clases sobre este tema en particular, pese a las constantes sugerencias de sus seguidores. Actualmente está encaminado en otros proyectos, pero desde sus redes sociales se encuentra impulsando la búsqueda de información acerca de esta forma de coctelería, y compartiendo algunos datos útiles con la comunidad.
El experto ha revolucionado la coctelería peruana, y es consciente de ello. “No me oculto al hacer este tipo de cosas porque estoy educando. Uso un botánico más del montón que quiero dar a conocer al mundo, y de esta forma tener una herramienta innovadora en la industria”, finaliza convencido.
Escribe: Valeria Burga