La Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú fue creada por Decreto Supremo del 28 de septiembre de 1918, tras décadas de controversia sobre la relevancia de formalizar la enseñanza del arte en el país y desarrollar una faceta nacional. En ese sentido, dos personajes desarrollaron un rol fundamental para que se posibilite dicha formalización.

Teófilo Castillo y Daniel Hernández, destacados pintores peruanos de trayectoria y talento reconocido, desempeñaron un rol determinante en la fundación y organización de la Casa Superior de Estudios, ya que ambos ejercieron una iniciativa acorde a las necesidades artísticas que evidenciaba el país en aquella época y contrastaban la realidad nacional con la extranjera. 

A fines del siglo XIX, el artista ancashino Teófilo Castillo Guas inició una intensa campaña periodística  para promover el desarrollo del arte peruano, lejos de la influencia europea. Para ello, el artista propuso la creación de una Escuela de Bellas Artes financiada por el gobierno. Su demanda no fue acogida en su momento, sin embargo, se le conoce como “el gran precursor”.

Por su parte, en 1918, el pintor Enrique Domingo Barreda logró consolidar el proyecto para crear la Escuela de Bellas Artes del Perú, dada su cercanía con el gobierno de turno. De esta forma, el presidente José Pardo y Barreda propuso como primer director de esta institución reconocido pintor huancavelicano Daniel Hernández Morillo, quien en aquel entonces radicaba en París.

Luego de su llegada al Perú, Hernández emprendió la tarea de organizar la Escuela, cuyas funciones iniciaron en abril de 1919. Desde entonces, La Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú ha enaltecido los valores artísticos y culturales del país, acogiendo a una gama extraordinaria de artistas que marcaron estilos, épocas, narrativas, técnicas y obras increíbles.

Escribe: Renatto Luyo