La comunicación para es vital enfrentar la pandemia. El presidente se equivocó cuando dijo que sus frases “Quédate en Casa”, “Usa mascarilla” o “Primero Mi Salud” son ejemplos de comunicación “potente y efectiva”. Sin embargo, la escalofriante situación que atravesamos como país, obliga al gobierno a enmendar y, aunque tarde, corregir su forma de comunicar.

Lo suelo decir en mis trabajos, lo importante no es lo que uno dice, sino lo que la otra persona recuerda, interioriza y replica.

Para ello:

1.- La nueva estrategia debe apuntar a ampliar su base y buscar involucrar, a través de municipios distritales u otras instancias, a la mayor cantidad de vecinos de todo el país. Fueron ellos quienes alertaron hace varias semanas sobre las fiestas en Los Olivos. Nadie los escuchó. Hasta el fatídico sábado.

2.- Hay que usar Big Data, una herramienta que analiza a velocidad ultra rápida todo lo que ocurre en el mundo digital. Eso permitiría, por ejemplo, identificar las miles de fiestas o “privaditos” que se promocionan sin vergüenza en redes sociales a nivel nacional. Con esa base se pueden desarrollar estrategias de inteligencia policial (para los organizadores) y de comunicación, enfocadas en el público que participa de esos tonos caletas y que jamás han escuchado un mensaje presidencial.

3.- La estrategia debe ser sostenida e involucrar a todos las instancias del Estado, pero también a las iglesias, organizaciones, empresas privadas, ciudadanía y medios de comunicación de todo el país. Periodistas, animadores, locutores de radio, tv, prensa y de redes sociales. No se trata de exigirles emitir mensajes, sino de dialogar para construirlos juntos e integrarlos en las campañas.

4.- Más que una gran campaña, se requiere una mega estrategia y varias campañas efectivas. Con distintos estilos, a través de diferentes plataformas, dirigidas a poblaciones que atraviesan circunstancias muy variadas.

5.- La comunicación con los menores, quienes, parecen ser, los más osados requiere un trabajo especial. Profesores y padres son claves. Pero, sobretodo, eliminar prejuicios y trabajar con distintos influencers, dependiendo el grupo al que vayamos. Los jóvenes le temen más a la sanción social que a la papeleta.

6.- El tono debe ser emotivo, realista y no sólo digital. El offline es clave porque llega al que está fuera de casa. En ese sentido, por ejemplo, colocar en todos los distritos del país, fotos gigantes de los vecinos fallecidos. Y, si están de acuerdo los sobrevivientes con secuelas, también difundir las placas de sus pulmones. Generar un mayor nivel de conciencia y alerta.

7.- La comunicación no depende solo del área de comunicación. Las decisiones que se tomen en la estrategia general, serán transversales y es importante que las todas las personas con cargos de responsabilidad participen para que puedan entenderla y replicarla entre sus grupos de trabajo y la población.

8.- La comunicación es intrínseca a la mayor parte de acciones e inacciones que se realizan. Es importante que exista coherencia, por eso es tan importante coordinar.

9.- Esa coherencia debe verse reflejada en el ejemplo que se da y en el cumplimiento de las leyes y la aplicación de las sanciones respectivas.

10.- Finalmente, escuchar, observar, empatía para comunicar eficientemente. La estrategia debe considerar canales de comunicación (comentarios offline y big data) que permitan conocer a tiempo la eficacia de los mensajes para corregir o mejorar el trabajo conjunto.