Narran las crónicas de Pachakuti Yamqui que, antes de los tiempos del mítico Manco Cápac, los pueblos vivían en medio de la anarquía y el caos. Entonces apareció una figura que se pierde entre lo humano y lo sobrenatural, llamado Tunupa, quien partiendo del Apu del mismo nombre, recorrió un camino en diagonal por el reino de Tiahuanaco predicando los valores morales y la civilización (ese camino es hoy llamado el camino de Wiracocha o chekkelluwa, el camino de la verdad y la rectitud).
Sus enseñanzas no fueron escuchadas y el reino de Tiahuanaco cayó en la destrucción, sin embargo sus enseñanzas no se perdieron, pues uno de los más destacados aprendices de Tunupa, llamado Apo Tambo, tuvo un hijo quién recogió las enseñanzas de Tunupa y emigró hacia una nueva tierra donde ponerlas en práctica. Aquel hijo fue llamado Pakariq Pirwa Manku Qhapaq, por ser el depósito de las enseñanzas de Tunupa. Recordemos que Pirwa significa depósito y su nombre fue utilizado para los grandes almacenes de grano y maíz.
Manco Cápac fundó el reino de Qosqo donde depositó las enseñanzas de Tunupa las cuales se pasaron de generación en generación hasta hacerlo un reino grande y próspero. Quienes llevaron sus enseñanzas se llamaron Pirwa runas (de sonido similar a peruano).
El nombre de Pirwa se hizo común en estas tierras y de ahí deriva el nombre de Piura, lugar donde termina el camino de Wiracocha y por donde llegaron los españoles, por lo que los identificaron y fueron llamados wiracochas.
Por lo que, si el nombre de Perú fue tomado de una mala pronunciación de Piura, y no de Birú, entonces su origen verdadero sería la palabra Pirwa, el cual tenía un significado espiritual para los Incas, al ser el depósito de las enseñanzas de Tunupa.
Recordemos que Pirwa también es el nombre que se le da al planeta Júpiter en quechua, conocido como el rey de los planetas por su gran tamaño y brillo, lo que refleja la especial importancia que tenía el nombre de Pirwa para la cultura andina.
De esta manera, el origen del nombre de Perú tendría un origen más interesante para la cultura andina que el de un cacique irrelevante y perdido en las costas del norte del Tahuantinsuyo.