La economía argentina, desde hace mucho, carga sobre sus hombros aquella incertidumbre financiera de que se acrecienta gradualmente. En consecuencia, cada vez son más las empresas que deciden cerrar sus puertas y abandonar al, económicamente hablando, moribundo país. Hoy, los términos “Argentina” e  “inflación” parecen significar lo mismo, lo cual se traduce en un impedimento constante para realizar negocios y cuyas regulaciones asfixiantes motivan el éxodo de multinacionales y empresas  que priorizan sus inversiones.

Es preciso recalcar que la situación actual de crisis sanitaria a causa del coronavirus configura    un fenómeno global inesperado, sin embargo, algunos países, que de por sí ya arrastraban otros males, se encuentran en una situación todavía más crítica. Argentina, que a finales del siglo XIX fue el país más rico del mundo, hoy padece una inflación anual acelerada que ya se ubica en un 18,9% junto a un dólar que ha pasado de valer 74-75 pesos al inicio del 2020 a valer 135 pesos.

En ese sentido, las empresas en Argentina optan por priorizar sus intereses e inversiones ante una situación que consideran desfavorable y que continuará intensificándose. Una de las primeras multinacionales en abandonar el país fue Latam, aerolínea más grande del mercado latinoamericano y que ha sido duramente golpeada por todos los efectos que la pandemia ha ocasionado. Se trata de un éxodo empresarial que golpea una crisis ya existente y que también  ha sido una muralla impasable para el gobierno de turno, presidido por Alberto Fernández.

Fuente: Razón y Revolucón

Los reportes de la reconocida aerolínea ante las autoridades norteamericanas señalan que la empresa llegó a perder 164 millones de dólares en el primer semestre del 2020. Además, las aerolíneas asiáticas Qatar Airways y Emirates, junto a Air New Zealand también decidieron suspender sus operaciones en Argentina producto de la crisis económica agravada por la pandemia. Por otro lado, la compañía multinacional Coca-Cola dejará de operar a nivel continental desde Argentina y trasladará su central hacia Río de Janeiro, Brasil.

De igual manera, marcas como Falabella, Lime, Pierre Fabre, Saint- Gobain Sekurit, PPG Industries y Glovo dejaron de operar en dicho territorio, graficando así, la tensión que atraviesa el modelo económico argentino. A ellas se agregan firmas como BASF, Axalta o Nike que se achicaron, cerraron unidades de producción o salieron de determinados negocios dejándolos en manos de terceros. Como si fuese poco, Burger King y Starbucks empezaron a cerrar locales y la decisión de irse está tomada.

Estas últimas franquicias expresaron su intención de abandonar el país y empezaron la búsqueda de compradores. No obstante, medios argentinos explican que no han conseguido interesados y, en consecuencia, han tenido que obedecer un proceso de reducción de operaciones, lo cual ha propiciado el cierre de locales y establecimientos, despido de personal, alteración en sus protocolos y un panorama cada vez más adverso que afecta en el estado emocional de los trabajadores y también de los clientes familiarizados con su servicio.  

Escribe: Renatto Luyo