Sin importar los años viviendo en París, Paulo y Roberto Ruiz Muñoz no pudieron olvidar a su querido Perú. El día de hoy, demuestran sus increíbles habilidades como diseñadores fusionando la identidad con los recuerdos de la niñez. Así crearon D.N.I.

Es difícil que nuestro país no deje huella. Puede pasar un año o veinte y aún así será imposible rememorar los días en Perú sin sentir su falta. Ese sentimiento fue el que dio inicio a D.N.I, la marca nacida en París; reconocida por su estilo genderless con prendas artesanales y sostenibles. Roberto y Paulo Ruiz Muñoz, hermanos gemelos nacidos en Casa Grande, a 48 km de Trujillo, se mudaron a Francia cuando tenían 12 años de edad. Pese a que este cambio fue impactante, lograron tomar la oportunidad que la capital francesa les ofreció y desarrollaron un amor que hasta entonces no conocían: la moda.

Al llegar a París, las diferencias culturales, especialmente el idioma; fueron una barrera que tuvieron que aprender a escalar. Poco a poco, las características que antes les eran ajenas formaron parte de ellos, complementando sus vivencias en Casa Blanca. Crearon una versión de ellos mismos que no hubiera existido sin su traslado a tierras europeas. «Descubrimos otro mundo. El poder formarse en diseño de modas fue algo que no podríamos haber logrado en Casa Blanca, ya que ni siquiera conocíamos ese rubro», señala Roberto. Además, Paulo menciona lo siguiente: «D.N.I. no existiría si nos hubiésemos quedado en Perú. Ni siquiera imaginamos el hecho de dedicarnos al diseño»

Si bien las prendas de D.N.I. son reconocidas por plasmar la esencia peruana, los gemelos tienen un proceso específico para obtener su inspiración. «Es como si tuvieras un ovillo de lana y estás buscando el comienzo. Una vez que ya lo encontraste, todo sale. Para nosotros, este hilito siempre es el nombre de la colección. En base a él podemos buscar nuestra inspiración en las características que lo rodean», nos cuenta Roberto. Sus colecciones, tales como «En mi ciudad natal», «Mi bisabuelo era un sastre» y más, fueron un boom en el continente europeo por sus peculiares modelos y patrones.

«D.N.I. es un trabajo de colores. Intentamos descifrar cuál va a ser el encargado de definir nuestra colección», agrega Paulo. Además, el conjunto de prendas ofrecidas por los hermanos expresa mucho más que un reflejo de nuestro país, pues se encarga de difundir un mensaje sostenible y ecoamigable. Tal y como menciona Roberto: «uno de los grandes problemas de la moda es el fast fashion. Por ello, nosotros queremos marcar la diferencia al no realizar una sobreproducción de ropa». «Nos encargamos de producir únicamente lo que va a ser vendido. De esta manera, no habrá ningún tipo de desperdicio», complementa Paulo.

Asimismo, los hermanos apoyan al mundo desde otra perspectiva. La sobreproducción de prendas generalmente se da debido a que los costureros buscan tener la mayor cantidad de clientes posibles para conseguir un sueldo estable. Roberto y Paulo contratan de manera fija a un grupo de costureros peruanos. De esta forma, sus trabajadores tienen un pago estable por una producción determinada, lo cual les trae tranquilidad mental y financiera. «Consideramos que enfocarse en el cuidado del medio ambiente es algo que todas las empresas deben hacer, sin importar el rubro», afirma Roberto. Si bien ambos creen que se trata de un pensamiento generacional, les encanta formar parte de la iniciativa y el cambio.

En un mundo en el que es difícil resaltar en la moda, esta pareja de hermanos peruanos son capaces de ondear su título en alto. Agradecidos por las oportunidades que los llevaron donde están, Paulo y Roberto buscan plasmar sus memorias en las prendas que confeccionan para llevar al Perú a cada rincón. Sin embargo, eso no es todo pues, por sobre todas las cosas, desean crear nuevas oportunidades para sus compatriotas. El objetivo es que, quienes sueñan con emprender en el mundo de la moda, puedan lograrlo sin importar en qué parte de nuestro país se encuentren.

Escribe: Arianne Giralt (@ariannegiralt)