A sus 23 años, Trilce Reyes ha logrado ser conductora y reportera de los medios más sintonizados de nuestro país. Las dificultades en su carrera la impulsaron a afrontar más retos, anteponiendo su vocación.

Fiel a su nombre, inspirado en el poemario más conocido de César Vallejo, Trilce Reyes siempre supo que se dedicaría a las letras. Con la ayuda e impulso de su padre, profesor de Comunicaciones, estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Aprovechaba toda ocasión para entrevistar personas, conocer sus personalidades, debatir y leer.

“Es una carrera hermosa, pero bastante sacrificada. No tienes suficiente tiempo para ti o tu familia. Pero las personas que nos dedicamos al periodismo, lo hacemos con pasión, y eso se refleja cuando nos ven frente a las cámaras en lugares peligrosos o enfrentándonos al COVID-19, comenta orgullosa.

Con solo 22 años, vivió los eventos más relevantes de la coyuntura política nacional cuando aún era reportera en UCI Noticias. Yo terminé la universidad y entré de frente al mundo del periodismo. Lo primero que me tocó cubrir fue el suicidio de Alan García, luego las cuestiones de confianza y los enfrentamientos entre el Congreso y el Ejecutivo, menciona. Por otro lado, confiesa que para ella fue difícil resistir en carne propia todos aquellos hechos indignantes para los peruanos, pero que solo llegan a conocer a través de los medios.

También le tocó vivir esta experiencia de cerca cuando contrajo el coronavirus y contagió a su madre. Ello a pesar de que no dejó de ser cuidadosa mientras trabajaba como reportera y conductora en Exitosa, persistiendo en el uso de la protección y las mascarillas. Durante septiembre del año pasado, cuando mi madre y yo nos contagiamos, había estado recorriendo hospitales y escuchando los pedidos de ayuda de estas personas que tenían un familiar a los que les faltaba oxígeno. Nunca me imaginé estar en esa situación, nos comenta.

Cada vez más cercanos a las elecciones presidenciales, Trilce reflexiona sobre el rol del periodismo en la tarea de llegar a un voto informado. Día a día hay más “destapes” y nueva información de los candidatos políticos. Pero esta data, como es evidente, contribuye a descartar, mas no a tener un preferido. El rol de los periodistas en estas elecciones debería ser, más bien, un rol investigativo, de una vigilancia en favor de la ciudadanía y su derecho a estar informado.

Es complicado decidirse por un candidato presidencial. La mayoría de personas que conozco quieren viciar su voto, y tenemos a personas como George Forsyth, que no sabemos si van a seguir en campaña a puertas de las elecciones; Daniel Urresti, que tiene denuncias por violación y asesinato a un periodista; o López Aliaga, una persona a quien no voy a calificar, pero que tuvo comentarios muy desatinados con respecto al suicidio y al caso de la eutanasia”, dice preocupada.

La periodista nos deja como reflexión que es nuestro deber informarnos y ser precavidos al momento de tomar decisiones como nación. Su oficio le ha dado la oportunidad de conocer la pobreza y la situación tan grave de nuestro país con el COVID-19. Pero, como es natural, los responsables no son solo los medios de comunicación, o los políticos, sino nosotros mismos, los ciudadanos de a pie, pues tenemos poder de decisión. No podemos permitir que haya personas que extorsionen a los familiares ni a quienes se ahogan. Ni vecinos imprudentes reuniéndose a jugar bingo un fin de semana. Hay que cuidarnos y no bajar la guardia, sabemos que hay dos cepas en nuestro país y hay que evitar exponernos. Sabemos que el virus ya no discrimina, que ataca jóvenes y niños. Cuidémonos y quedémonos en casa, concluye.

Escribe: Luciana Paz