Pisco Gran Paso convierte las uvas de Paracas en verdaderos placeres para el paladar. Desde hace más de ocho años, ofrecen una elegante versión de nuestra bebida bandera.

Desde Pampas de Lanchas, sacan provecho de las tierras costeras. Históricamente, esta zona se reconoce como la primera evidencia de producción de la bebida en la costa nacional en el año 1613. Y en 2013, el agrónomo, Javier Sánchez, decidió usar sus casi 30 años de experiencia en campos para poner en marcha su propio viñedo y ofrecer una innovadora versión pisquera.

A través de su empresa familiar, realiza un homenaje al caballo de paso peruano. Un Patrimonio Cultural de la Nación que simboliza la misma elegancia, nobleza y tradición que una buena botella de pisco puede denotar. Con un delicado proceso de destilado y fermentado, producen una bebida de estructura compleja que no tiene comparación con la sensación que deja cualquier otro aguardiente de uva.

Lo que hace especial a Gran Paso es lo que está detrás de la etiqueta, un cuidadoso proceso agrícola que busca mantener la armonía con el medio ambiente. La magia empieza en los suelos arenosos y profundos del desierto de Lanchas, tierras de baja fertilidad que interactúan con un ligero toque de sales y aguas superficiales de pozo. Estos elementos, sumados a un buen clima y un moderno sistema de fertirriego, resultan en una condición perfecta de terroir.

Todo se mantiene en óptimas condiciones gracias a un sistema de monitoreo y reporte constante para el control de plagas y enfermedades a través de maquinaria especializada que realiza las tareas necesarias de prevención o curación. Ello supervisado por un equipo técnico centrado en la gestión de campo, que asegura el cumplimiento de buenas prácticas de manufactura en bodega sin descuidar la responsabilidad de la empresa con sus colaboradores, público y medio ambiente.

Los resultados de este coordinado mecanismo de trabajo son siete únicas variedades de pisco. Empecemos por el Puro Quebranta elaborado a base de 100% uva quebranta finamente destilada. Aunque la nariz no perciba una fuerte estructura aromática, se sienten algunos toques de manzana verde, plátano y una ligera aura de cítricos, almíbar, pasas y frutos secos. Al degustar una copa, se percibe una compleja estructura de sabores dulces y frutales, con un suave toque amargo que lo hace perfecto para preparar pisco sour u otros cócteles.

Otra propuesta con un poco más de carácter es el Mosto Verde Quebranta. Su complejo proceso de elaboración resulta en un aroma equilibrado y afrutado que se asemeja a la manzana verde de sensación cítrica. En cuanto al sabor, esta versión deja una sensación dulce con toques de manzana, plátano y, por último, frutos secos que provocan un leve balance amargo.

Y para quienes buscan una sensación de suavidad en el paladar, el Mosto Verde Italia es imperdible. Con un sabor amable en boca, es el segundo pisco más consumido a nivel nacional. Las notas de fruta fresca, frutos secos y flor de jazmín que deja una copa en el paladar se mezclan con un olor cítrico, pero dulce y floral a la vez.

Siguiendo con las opciones más aromáticas y complejas, el Mosto Verde Torontel ofrece un pisco suave en el paladar. Sus expresivos aromas recuerdan a flores de lavanda y alhelí, que se mezclan con el clásico olor del anís y una ligera nota cítrica de lima. En boca, esta variedad denota toques dulces y florales que se unen al característico sabor de la canela y otras especies.

Mientras tanto, el Mosto Verde Albilla es una variedad más ligera y delicada. Su aroma recuerda a flores de manzanilla, hierbas aromáticas, cítricos y miel. En el paladar, estos olores se traducen en una sensación dulce y floral, que se combina con un toque de pasto o heno fresco que no opaca los otros sabores más predominantes.

También con sabor herbáceo, el Mosto Verde Moscatel resalta por su sabor a frutos secos, hierbas aromáticas y rosas, que se balancea con un ligero toque amargo de clavo de olor. En nariz, esta explosión se percibe con un equilibrio perfecto entre especies, flores, vainilla y nueces.

Finalmente, el Acholado Mosto Verde es el producto de un cuidadoso blend entre al menos dos  variedades de uva. Su olor es una mezcla entre cítricos, canela, anís, vainilla y frutos secos, que se refleja en una sensación equilibrada y frutal en la boca, donde se perciben toques finales de pecana y nuez.

Para conocer más de sus productos, no dudes en revisar su página web (www.piscogranpaso.com). Y para llevar sus botellas a tu mesa, contáctalos a través de su  WhatsApp (920 152 546) o el correo electrónico ventas@piscogranpaso.com.

Escribe: Lucía Mayandía (@lucia.mayandia01)