Febrero viene cargado de sol y calor. Por este motivo, si estás en búsqueda de una barra sofisticada, Cocktail te invita a visitar Baco y Vaca de San Isidro para llevarte la mejor experiencia en su nuevo bar ubicado en el segundo piso.
Hace poco se inauguró un nuevo espacio en «Baco y Vaca» de San Isidro. Se trata de una encantadora barra con novedades en coctelería que vale la pena visitar. Si bien es cierto que el restaurante es popular por la pasión parrillera que regocija el estómago de todos sus visitantes, también merece ser bien conocido y respetado por los cócteles que presenta. En esta ocasión, visitamos a John Juárez Peña a fin de conocer más de la nueva carta de bebidas que ofrecerá durante esta temporada.
La propuesta abarca todo tipo de destilados, los cuales fusionan lo mejor de nuestro país con otros licores internacionales sin perder ese twist nikkei que los caracteriza. Pisco, Vodka peruano, Whisky y Sake son algunas de las sorpresas que se esconden en cada cóctel. Por supuesto que no pueden faltar todo tipo de frutas e insumos como el kion o el matcha que enriquecen la frescura de las mezclas. Como todo entra por los ojos, esta nueva carta contará con cristalería de diseños cautivadores y llamativos.
Arrancamos la degustación con el «Inusual de Baco». Elaborado con Hendrick’s Gin como base, las cualidades de este destilado se entrelazan por la jugosidad del kiuri, la dulzura de la piña y las notas del limón. Posee un color rojizo proveniente del sirope de granada y una presentación impactante en cristalería colgante. Un espectáculo visual y sensorial, pues sus sabores son armoniosos e ideales para acompañar con cualquier piqueo.
En cuanto a los más tradicionales, está el «Baco Punch». Es un cóctel clásico hecho con ron Flor de Caña 12 años, zumo de piña, mix cítrico de la casa y orange bitter. No hay nada comparable a esta bebida bien trabajada donde resalta la piña, la reina de las frutas. Se presenta en un vaso rústico de madera estilo tiki y va coronado con una brocheta de piña asada.
¿Alguna vez has visto un cóctel negro? Esta inusual bebida se llama «Black Star» y está preparada a base de amaretto y un vodka peruano hecho con papas nacionales. Los sabores frutales vienen del limón y el maracuyá, pero su color enigmático es gracias al sirope de carbón activo. Termina con ginger ale y se sirve en una copa con tentáculos como base. El toque final lo da una burbuja que libera un aroma delicioso.
El siguiente en la lista es «Pasión Jack», el cual se sirve en una copa que recuerda a los cuernos donde los vikingos bebían su hidromiel. Contiene Jack Daniels y Jaggermeister como base alcohólica, pero obtiene un color amarillo debido a la presencia de maracuyá. La nota oriental es proporcionada por el sirope de kion y la frescura proviene del agua tónica con la que finaliza.
El «Baco Mule» es la bebida nikkei por excelencia de esta carta de autor. Está hecha con sake, un licor japonés que se obtiene de la fermentación del arroz y que puede presentar aromas que nos recuerdan a las frutas blancas o al lychee. En este cóctel, el sake va rodeado de los sabores frescos del kion y el kiuri/pepino nipón. La dulzura proviene del jugo de piña y culmina con ginger ale. El vaso en el que se sirve resalta por su color verde natural que rememora al bambú.
Finalmente, hablaré sobre una fusión novedosa entre nuestro pisco nacional y una bebida tradicional de Japón. El «Matcha Pisco», como su nombre lo dice, es un cóctel trabajado a base de Pisco 1615 y matcha, cuyos sabores marcados se fusionan con el limón Tahití y el sirope de kion que le dan una acidez pronunciada. Finaliza con Britvic y, como un detalle que no debe pasar desapercibido, se sirve en un vaso transparente donde podemos apreciar un aditivo de escarcha comestible que le aporta la apariencia del terciopelo verde.
Lo más divertido de la coctelería es que siempre puedes encontrar sorpresas, ya sea por un licor nuevo o por alguna fruta que no habías probado antes. En la barra de «Baco y Vaca» han creado una carta en la que todos los sabores conocidos se reinventan y nos enamoran una vez más con su sutileza. Si están cerca de la Av. Dos de Mayo 798, no pierdan la oportunidad de visitarlos.
Escribe: Fiorella Gómez (@periodisteando.pe)