La vida de Desmond Tutu estuvo marcada por la constante lucha de los derechos humanos en su país.

Desmond Tutu, el arzobispo emérito sudafricano que recibió el premio Nobel de la Paz en 1984 por su lucha constante contra el ‘apartheid’, falleció el pasado domingo 26 de diciembre tras una vida marcada por su defensa de los derechos humanos.

Su muerte en Ciudad del Cabo fue confirmada en una declaración del Presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, quien no dio a conocer la causa del deceso. Tutu fue diagnosticado con cáncer de próstata en 1997 y había sido hospitalizado repetidamente en los últimos años.

“El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo en la despedida de nuestra nación a una generación de sudafricanos destacados que nos han legado una Sudáfrica liberada”, dijo Ramaphosa.

Junto con su amigo y colega ganador del Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela, se le atribuye el mérito de liderar la acusación contra un gobierno de minoría blanca que se guió por una política de segregación racial, conocida como apartheid. Aún así, después de que el Congreso Nacional Africano llegó al poder en las elecciones democráticas de 1994, criticó al partido por corrupción y codicia. Como resultado, Tutu se hizo conocido como la “conciencia moral” de Sudáfrica.

Como obispo en la era del apartheid, con la brutalidad policial sacudiendo al país, se encargó de predicar por la paz. Se desempeñó como secretario general del Consejo de Iglesias de Sudáfrica de 1978 a 1985, y su estatus en la comunidad religiosa le ofreció protección contra el gobierno del apartheid.

Su huella y legado quedará por siempre en la historia del país africano. Su espíritu solidario en busca de los derechos humanos jamás será olvidado.

Escribe: Eduardo Araujo (@eduaraujoruiz)