Alejandra Chávez nos cuenta sobre su nominación en los premios Oficio Crítico como mejor actriz de reparto, los pasos que dio en la actuación y los futuros proyectos para este nuevo año.

Pisar los escenarios e interpretar aun personaje siempre fueron los anhelos de Alejandra Chávez. Desde que tiene uso de razón, disfrutaba disfrazarse y actuar en frente de sus familiares. Sus padres, al ver el despliegue de talento, empezaron a inscribirla en talleres de actuación. «Cuando tenía que ingresar a la universidad, les dije que quería estudiar artes escénicas. Ellos aceptaron. Además, no me imaginaba haciendo otra cosa», relata. «Me ayudaron económicamente con el taller de Roberto Ángeles y en mi viaje a Londres, donde me especialicé en Shakespeare».

El camino que tuvo que recorrer Ale no ha sido nada fácil. «Para mí, el momento más complicado fue la pandemia, donde no podíamos salir y teníamos que acomodarnos al teatro virtual. Por eso tuve que buscar otro trabajo. Lamentablemente, el arte no es rentable. Gracias a que viví por mucho tiempo en Estados Unidos, conseguí un trabajo como traductora. Entonces, laboraba en las mañanas y luego me dedicaba a ensayar a tiempo completo», añade.

Alejandra es una mujer que se caracteriza por su perseverancia. Asimismo, viene trabajando arduamente desde muy joven. Gracias a su esmero y dedicación, fue nominada en los Premios Oficio Crítico como mejor actriz de reparto. «Yo me enteré cuando mis colegas me felicitaron a través de un chat grupal. Entré a la página, lo comenté con mi familia y se alegraron. Sin duda alguna, es un gran paso en mi carrera. Ver que la comunidad reconoce mi trabajo me llena de felicidad y gratitud», menciona entusiasmada.

Por otro lado, la joven actriz confiesa que las artes escénicas contribuyeron a probar nuevas experiencias. «Aprendí a combatir mis miedos, porque a veces te toca interpretar un personaje que está fuera de tu zona de confort. Un actor no debe cerrarse a nada. No deberíamos limitarnos a lo que menciona estrictamente el guion, sino tratar de buscar tu propia verdad dentro de la historia».

El año pasado audicionó en algunos proyectos de Netflix, pero lamentablemente no la aceptaron. Sin embargo, continúa buscando nuevas oportunidades en esta profesión. Por ello, no le cierra las puertas a dictar clases en un futuro. «Ser maestro de teatro es importante, por eso quiero organizar todo el aprendizaje que tengo y ver la manera de cómo puedo enseñarlo», indica.

Al mismo tiempo, espera cumplir una de sus grandes metas: vivir de la actuación. «Grabamos La Rosa de Guadalupe (Perú) que estrenará este año. Los disfruté mucho. Además, me gustaría que se abrieran las puertas en cualquier programa de televisión. También realizar trabajos en el exterior», culmina con una dulce sonrisa.

Escribe: Sara Rios (@saararebecaa)