Coexistir con el covid es algo que tenemos que aprender. Es crucial ser responsable, acatar las normas, respetar y ser conscientes de nuestras acciones, sí. Pero no a costa de dejar vivir. Perdí gente en esta pandemia, y por muchas razones más, todo lo que se haga ahora tiene que ser pensado en que somos parte de una nueva normalidad. Yo tengo dos años como regidor de Miraflores y, al parecer, la prensa solo trata de resaltar mi condición de funcionario (dos años después de empezar a ejercer) con mentiras que buscan desacreditar mi imagen. Pero la pregunta salta a la luz por sí sola: ¿qué saben estas personas del ejercicio de mi cargo?
No estoy aquí para tratar de limpiar mi reputación; tampoco pretendo que me vean como ciudadano ejemplar. Soy una persona como cualquier otra, que tiene que trabajar para mantenerse, que ha aprendido a reinventarse y que buscar seguir viviendo de manera plena, obviamente dentro del fiel cumplimiento de la ley y el Estado en general. Sin embargo, de lo que sí me siento orgulloso es que no estoy buscando aprovecharme del cargo. No estoy haciendo negocios bajo la mesa, como tan acostumbrados estamos al ver en las noticias, en las que muchos funcionarios públicos nos sorprenden con sus actos.
Es correcto que la prensa informe. Pero dentro de esa labor, lo más importante es la veracidad, pues el pueblo al que nos dirigimos como comunicadores es inteligente y capaz de sacar sus propias conclusiones. Llama poderosamente la atención que hoy los medios que rebotan la nota en cuestión pretendan desconocer mi condición de regidor de la Municipalidad de Miraflores, cuando en muchos casos han compartido artículos sobre este municipio.
De igual manera, otro indicador de la incorrecta información que circula es que el local en mención no tiene el nombre que anuncian y tampoco es del rubro descrito. Esto, de plano, evidencia poca seriedad en su trabajo de investigación. Quiero dejar en claro que esta columna no tiene como propósito responder a esos ataques, pero sí aprovechar la oportunidad para hacer un alto y una reflexión: ¿qué estamos haciendo cada uno de nosotros para reconstruir nuestro país? La peor pandemia que afrontamos no es la del covid-19, sino la de la corrupción. Y no solo pública, sino de conciencia.
Tengo plena certeza que en mi vida personal me conduzco con respeto a la ley, pero es más mi condición de funcionario que dicho cumplimiento me importa. Como deben saber ustedes, la reactivación económica a través de los restaurantes está permitida. Además, para poder comer o tomar alguna bebida, uno debe retirarse la mascarilla. Aun así, me veo en la necesidad de aclarar que los comensales sentados en la mesa son personas que frecuento y sé del cuidado que tienen frente a esta crisis sanitaria.
La filmación que circula es un saludo que hice por Instagram. En esta, hago un paro a lo que estaba comiendo, me levanto y hago un gesto gracioso (como de costumbre). Fue algo íntimo y, por ende, sacado de contexto, como suele suceder en los medios de comunicación nacionales. No se crean todo lo que ven en internet. Sigamos sobreviviendo, por lo menos yo seguiré intentando. En caso se hayan sentido vulnerados por la grabación, ofrezco las disculpas del caso.
Escribe: Óscar hang @oscarchangrios
Columna publicada en la Edición N°37 de la Revista Cocktail