La consistencia es piedra angular de todo éxito. Y el éxito, como dice Sabina, tiene aristas variopintas. Y lograr alcanzar una meta es, por decirlo menos, muy diplomático. Pero sin visión ni perseverancia los sueños se desvanecen entre los dedos; para evitar ello se necesita una mente fuerte, tenaz y, sobre todo, con un profundo horizonte. Este preámbulo cae como cuchillo a una entraña cuando escuchas la historia de Shaking de los propios labios de Silvana Sánchez y José Luis Valencia, amigos, novios, cómplices y socios. La cita fue en Santería de David Romero. Entre cócteles y piqueos, el semblante de ambos dejó claro que su proyecto ya corre. La pandemia sirvió, como para todos los mortales, para dilucidar dudas y perfilar la calidad de los productos que se vienen.

Shaking es una tienda que todo profesional del bar y amante de la coctelería debe de tener como su biblia de cabecera. Es el dealer fiel que nos soluciona los problemas (y hasta nos engríe) con su portafolio, que en los próximos meses será nutrido con productos que van un peldaño más arriba de los que ahora ofrecen. Ya son cuatro años sobre este barco, que fue mutando de la idea inicial de una tienda de accesorios o souvernirs como gorras, polos, merchandising, etc., hasta lo que es hoy. Pero eso no fue posible sin la visión de Silvana, ya por esos años compartiendo la vida con José. Dúo perfecto. Cuando él le cuenta, entre Pilsens heladas, de lo que quería construir y la invita a participar, ella, risueña como nadie, dio el sí, pero con claras condiciones: “Si lo hacemos, lo hacemos bien”.

Por aquellos años no existían importadores de accesorios para bar. Todo aterrizaba por maleta del exterior, lo que complicaba el acceso de estos productos para los profesionales. Esto lo sentía José en su trajinar por diversas barras. Es así que, luego de analizar el mercado, y ya con el apoyo de Silvana, se pusieron en contacto con proveedores importantes del exterior y dieron, entre sus principales marcas, con la gente de Cocktail Kingdom, quienes creyeron en su proyecto y les brindaron las facilidades del caso. Allí él hizo una jugada maestra. Prestó a sus amigos más cercanos (bartenders) cocteleras, onzeras y demás artículos que trajo en su primera importación para que los probasen y conocieran su calidad. Así, casi todos ellos terminaron por comprarles los presentes y así comenzaron a ganarse la confianza en el medio.

Luego llegaron marcas como Cocktail Kingdom, libros de bar y todo lo que te puedas imaginar. Lo que hace Shaking es algo muy importante para el desarrollo local, pero este año quieren expandirse en productos para coctelería más elaborada. Están en tratos con proveedores para tal fin, pero lo que siempre buscan es la calidad por sobre todas las cosas.

Lo que más los satisface, me cuentan, es el reconocimiento que tienen de la región, sobre todo cuando se expusieron en Clase Maestra. Por ello, gran parte de sus pedidos van para Chile, Argentina, Bolivia y Colombia. Si quieres conocer sus productos y/o hacer pedidos puedes entrar a su web o redes sociales y estos llegarán a la puerta de tu casa. Ahora que todos estamos entre cuatro paredes, experimentar la coctelería con los artículos de Shaking cae como anillo al dedo.