Pocos artistas han dejado su huella en la historia como Frank Sinatra. Se trata de una de las figuras más importantes de la música y la singularidad que lo caracterizaba le ha permitido trascender de generación a generación. “La voz”, como le llamaban, nació en Nueva Jersey, sin embargo, pasó su vida cantándole a New York.
No obstante, el motivo que hoy nos reúne es recordar la existencia de una anécdota sumamente curiosa que involucra al mítico cantante y actor estadounidense. En la plenitud de su apogeo, Sinatra gozaba de una popularidad extraordinaria y su palabra significaba ley en muchos aspectos. En ese sentido, cada declaración repercutía en los medios de prensa radiales y escritos.
En 1957, quien fue el miembro más exitoso del mítico Rat Pack, se pronunció ante la escandalosa afloración de un género musical ajeno a los matices de jazz que lo caracterizaban: el rock and roll. Sinatra se manifestó de forma despectiva y cruda hacia dicha forma de hacer música, empleando adjetivos que quedarían en la historia.
“El rock and roll huele a falso e impostado. Es compuesto y cantado por cretinos y matones… es la música de guerra de cada delincuente con patillas que anda por la faz de la tierra. Es la forma de expresión más brutal, fea, desesperada y perversa que he tenido la desgracia de escuchar”, declaró Frank, sin reparo alguno y con todo el ímpetu posible.
Cabe mencionar que en aquel entonces el rock se encontraba en un innegable crecimiento, cuya seducción hacia las masas parecía no comprender límites. Asimismo, posteriores íconos de dicho género como Elvis Presley se encontraban en la plenitud de su vida. Precisamente Presley marcaría otro capítulo particular que conflictuaría con aquellas declaraciones de Sinatra.
En 1960, fue el propio Sinatra quien, en contra de su voluntad, invitó al “Rey del Rock” a un programa especial en Miami. En dicho programa, confluían dos estrellas, las cuales interpretaron temas como «Fame and Fortune», «Stuck on You», «Love Me Tender» y «Witchcraft». Es preciso resaltar que solo esta última pertenecía a Sinatra y el resto era de la propiedad de Elvis.
A pesar de todo, ambos lograron salir beneficiados de aquel encuentro televisivo, salvaguardando así, la reputación musical de cada uno. Además, pese a lo improbable que parecía en ese contexto, forjaron una grata amistad, cuya significancia le permitió a Nancy, la hija de Sinatra, participar en “Speedway”, el inicio cinematográfico de Elvis Presley.
Sería irresponsable afirmar que Sinatra se terminó enamorando del rock, ya que nunca desdijo las declaraciones que calificaban a dicho género de irreverente. Sin embargo, lo que sí se puede contar, es que con el transcurrir del tiempo Sinatra sintió tal admiración por «Something» de The Beatles, que él mismo se atrevió a cantarla en una de sus muchas y magníficas interpretaciones.
Al parecer, la ironía alcanzó a cada una de sus palabras, debido a que, luego de diversas modificaciones, altibajos y un importante resurgimiento, la discográfica de Sinatra firmó a míticas bandas de rock como Green Day y Black Sabbath, convirtiéndose así, en la casa de aquel discutido y controversial género musical. ¿Qué pensaría Sinatra?
Escribe: Renatto Luyo