En mayo de 1519, moría en Francia el artista italiano Leonardo da Vinci, pintor, escultor, científico y uno de los más grandes maestros del Renacimiento. Un derrame cerebral acabó con su vida en la casa de campo de Cloux, hoy llamada Clos Lucé a los 67 años y tras una larga enfermedad que desencadenó finalmente en un abrupto y mortificante suceso.

Da Vinci es autor de la célebre pintura «Mona Lisa» que se exhibe en el Museo Luvre, de Francia, así como de «La Ultima Cena» y «La Adoración de los Reyes Magos», ambos en Italia. Asimismo, es considerado uno de los artistas más influyentes y talentosos de la historia del arte universal, junto a Miguel Ángel, Caravaggio o Pablo Picasso.

Además de su pasión por la pintura, Leonardo también se dedicó en gran parte de su vida a la arquitectura, literatura, botánica, música, poesía, urbanismo, ciencia, escultura y filosofía, fortaleciendo así, la increíble capacidad cognitiva que poseía y encontraba sencillo realizar o desarrollar durante la cotidianidad de sus históricos días en Italia.

En este sentido, es preciso resaltar que Leonardo di ser Piero da Vinci, más conocido como Leonardo da Vinci, fue un polímota en todo el sentido de la palabra. De igual manera, es relevante recordar que también padeció durante los últimos años de su vida de estrabismo y que visualmente se desgastó de forma significativa.

Su mítica tumba se encuentra honorablemente ubicada en la capilla de San Huberto, en el recinto del castillo de Amboise y lugar donde sus restos fueron trasladados en el año 1874 procedentes de una iglesia ferozmente destruida durante el estallido de la ya conocida  Revolución Francesa.