Un bosque totalmente hecho de piedra. Árboles con caprichosas formas y una singular biodiversidad. Todo esto contenido en El Santuario Nacional de Huayllay. Un exquisito paisaje natural a 4,500 metros sobre el nivel del mar.
Con solo ingresar al Santuario Nacional de Huayllay, ya se pueden ver los caprichos y belleza de la naturaleza. Ubicado en la provincia y departamento de Pasco a 4,100 y 4,600 metros sobre el nivel del mar, este destino turístico es perfecto para escapar de la civilización. La entrada a una dimensión completamente nueva.
Como se podrá ver a simple vista, la principal atracción del Santuario es la gran variedad de formas de las rocas. En este lugar, la naturaleza es dueña y soberana de todo el ambiente. Su singular biodiversidad ha hecho que se convierta en un área natural protegida por el estado desde 1974. Con 6,815 hectáreas de pura naturaleza, el 90% se encuentra lleno de gigantes formaciones rocosas de origen volcánico que forman un bosque pétreo de gran belleza y singularidad. Junto a ellas, también se encuentran hermosas lagunas y fuentes de aguas termales que enriquecen el paisaje.
Las rocas tienen una gran variedad de formas que hacen una delicia para la vista: figuras como la del elefante, el oso, el pez, la cobra, el caracol, la tortuga, la alpaca entre muchas otras. Este conjunto de formaciones rocosas, de diversos tamaños, se ubican en la planicie más alta de nuestro país: la meseta de Bombón.
Además, el Santuario Nacional de Huayllay es considerado uno de los mejores museos geológicos del mundo. La zona, además de su bosque pétreo, cuenta con una gran cantidad de vestigios arqueológicos que suman una gran riqueza cultural. Se pueden llegar a contar más de 500 unidades de pinturas rupestres a lo largo de todo el lugar.
Dejando a un lado las famosas formaciones rocosas, el ecosistema también se caracteriza por una gran riqueza en su flora y fauna. Presenta una vasta variedad de aves, entre las cuales se encuentran la gaviota andina, el yanavico, el lique-lique, el pito y el plomito pequeño. Por parte de los mamíferos, los más representativos de la zona son el venado o taruca, la vizcacha, el zorro andino, el gato montés, la vicuña, el cuy silvestre y roedores. En la fauna ictiológica están los chalhuas y los bagres como peces representativos de la región. Los anfibios de la zona consisten en varias especies de sapos, mientras que la lagartija es la única especie de reptil.
En el caso de la flora, entre los vastos parajes y árboles de piedra, el pasto está compuesto, en su mayoría, por pajonales también conocidos como ichu, que tiene gran importancia en la alimentación de mamíferos como los rumiantes y equinos. Sin embargo, es importante precisar que es posible encontrar especies nocivas e invasoras como las gramíneas almohadilladas de características punzantes.
Asimismo, es probable evidenciar la presencia de especies acuáticas emergentes y sumergidas en los ríos y lagunas de los alrededores del Santuario. En zonas húmedas crece el pasto estrella, que es usado por los pobladores para hacer combustible. Por último, la única especie de árbol que se puede encontrar es la queñua, muy resistente al frío que puede ser usada como medicina o leña.
La temperatura en el Santuario Nacional de Huayllay es bastante fría. Con una precipitación media anual de 3,200 milímetros, el clima puede llegar en promedio a 6°C a lo largo del año. No obstante, es necesario agendar bien tu viaje si deseas visitar el Santuario. Esto es debido a que la temporada de lluvias que se da entre septiembre y marzo puede dificultar mucho las rutas turísticas. Por otra parte, en el caso del verano, las grandes rocas almacenan una gran cantidad de calor, lo que genera varios microclimas a lo largo del bosque de piedra.
Debido a la gran popularidad del destino, se pueden escoger hasta 11 circuitos turísticos. Estos te llevarán a visitar las formaciones rocosas más emblemáticas de la zona, cada uno con un nivel diferente debido a la altura del lugar que se desea visitar. Además, cabe destacar que cerca encontrarás otros puntos que vale la pena visitar. Un ejemplo de esto son los baños termales de Yanatuto. Conformado por dos pozas, la primera de origen natural, se ubica en lo alto de una pendiente rocosa. La segunda está rodeada de farallones y un bello paisaje. No te lo pierdas.
Escribe: Abraham Calderón Chauchí