Tras superar la prostatitis en una oportunidad y sufrir a causa de la pandemia que acabó con las puestas en escena, Osvaldo Cattone nos deja hoy 08 de febrero.
El mundo del teatro está de luto. El fundador del Teatro Marsano, actor, director y productor argentino, Osvaldo Cattone, ya no estará más con nosotros. Desde el 20 de enero, estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a causa de una fuerte prostatitis aguda que ya había logrado superar anteriormente. Días después, los doctores le informaron que sus riñones “no funcionaban” y, día de hoy, la salud del magnate de las artes quebró por completo. Ya no pudo luchar más. Regina Alcover, su amiga de toda la vida, fue la encargada de darnos la triste noticia por la mañana.
Cattone es un ser humano que no se puede olvidar. Solo basta con recordar todas las obras que nos deleitaron en el emblemático teatro que fundó entre las que destacan “Aleluya, Aleluya”, “Mi muñeca favorita” y “El diluvio que viene”. Hace un par de años, logró demostrarnos que seguía más vigente que nunca al volver a las tablas con el rol protagónico en la reposición de “El Padre”, presentado en el Teatro Marsano, su espacio de oro. En esa ocasión representó a un anciano que padece de Alzheimer y vive las consecuencias de la enfermedad. El maestro dijo que se sentía totalmente ajeno a su personaje de la ficción, ya que aún le quedaba mucho por vivir. Desafortunadamente, el telón bajó y las palmas ensordecieron la última función del gran Cattone.
El actor ya no estaba a gusto. La pandemia lo destruyó y con esto nos referimos a su pasión: el teatro, ya que realmente se decepcionó al ver que el Gobierno no lo había considerado para el subsidio del sector artístico. Mantenía una deuda cuantiosa en el Marsano, pero se resistió a hacer teatro virtual pues sus convicciones eran muy claras en cuanto a necesitar el escenario y al público con sus aplausos o adrenalina que produce. Por eso prefirió dedicarse a escribir su autobiografía mientras padecía del encierro en cuarentena. No podíamos predecir que nos encontrábamos ante su último proyecto personal.
Escribe: Valeria Burga