Antes de ganar, Michael Jordan tuvo que aprender a perder. No se llega a la cima, así como así. Hay que trabajar, desarrollar una mente ganadora. El escolta de los Chicago Bulls, con el mítico número 23, tuvo que emprender un camino que lo llevó a ser considerado como uno de los mejores basquetbolistas de la historia. Y lo hizo junto a algunos de los mejores jugadores y equipo técnico. Antes de que se acuñara la denominación como tal, la generación noventera de los Toros de Chicago ya se consideraba un Dream Team. Cada pieza era única e irremplazable: John Stockton, Luke Longley, Scottie Pippen, Dennis Rodman y, por supuesto, el coach Phil Jackson.

En Netflix se ha estrenado el serial The Last Dance (El Último Baile) que tendrá un nuevo capítulo cada semana para un total de 10. En este, se recordará la vida y carrera del jugador que fue seleccionado en 1984, así como del equipo que se considera, sino el mejor de la historia, sí uno de los mejores. Como es el caso, no todo fue miel sobre hojuelas. Algunas de las tensiones y problemáticas, muchas generadas a consecuencia de la fama, son exploradas en el primero de los episodios que ya está disponibles en la plataforma digital. Conflictos son revelados acerca de lo que se vivía al interior de la organización y de los obstáculos que tuvieron que pasar, sobre todo hacia el final de la racha ganadora.

El éxito tomó por sorpresa a la organización que tenía poco destacable en el deporte hasta entonces. No sólo eso, sino que se convirtió en una de las principales franquicias deportivas y se colocó a la altura de equipos como Celtics de Boston y Lakers de Los Ángeles. Es de esperarse que gran parte del foco se centre en la figura principal, Michael “Air” Jordan, a quienes muchos colocan como una de las figuras más destacadas en la historia del deporte, como el beisbolista Babe Ruth y el boxeador Muhammed Ali. Vemos videos históricos de cómo llevó a ganar a la Universidad de Carolina del Sur en el campeonato 1984 con un partido dramático y con una diferencia de un solo punto, sin tiempo restante en el reloj. Ese final de película fue repetido a lo largo de la dinastía de los Bulls de los 90’s.

El equipo ganó el “three-peat” (tricampeonato), tan disputado en Estados Unidos. Y no sólo eso, lo hizo en dos ocasiones consecutivas. En ese tiempo, el basquetbol se convirtió en uno de los deportes más populares sobre la faz de la Tierra y los ratings generados en televisión difícilmente volverían a repetirse. Y es que ver jugar a los Toros no era ver un partido, era presenciar un espectáculo, ver la historia conforme se iba haciendo. Varios de sus elementos formaron parte del histórico Dream Team en las Olimpiadas de Barcelona 92, en los cuales los estadounidenses se lucían, jugaba como si fuera exhibición, al estilo de los partidos de los Harlem Globetrotters. No sólo eso, al terminar los partidos, los contrincantes de otros países les pedían autógrafos e intercambio de playeras.

Por supuesto que esa generación deportiva de basquetbol no sólo tuvo a los Bulls, muchos equipos crearon sus propias leyendas. Fue una verdadera época de oro. Si eres de los afortunados que vivió esos partidos -y más importante, si no los viviste, pero gustas del deporte ráfaga-, esta es una perfecta ventana a la historia a través de uno de sus más grandes exponentes: los Toros de Chicago de los años 90 y el nuevo documental producido por Netflix: The Last Dance con un nuevo capítulo cada lunes hasta el 22 de junio del 2020.