Cada marca de vermut sigue un proceso similar en cuanto al producto final, pero muy diferente y personal a la hora de la adición de botánicos, uso de vinos base, destilados añadidos y crianza en madera o botas. Hoy te presentamos una nueva propuesta de España para el mundo.

El vermut es de esas bebidas que calzan perfecto como aperitivo y nos permite alcanzar combinaciones infinitas. Es un vino, normalmente blanco, encabezado con alcohol vínico de calidad y aromatizado con distintas hierbas aromáticas y especias. Su graduación varía entre 16 y 22 grados de alcohol por litro.

Sus inicios en España se suelen centrar en la ciudad de Reus, la cual fue capital de los destilados durante un largo tiempo. El vermut data de 1870 con la marca «Punt e Mes», aunque existen datos que aseguran que, sobre la misma época, los orígenes recaen en la zona de Huelva, donde la bodega «Diezmo Nuevo de Moguer» elaboraba vermut antes que su afamado vino de naranja.

«Recuerdo el vermut por mi padre, un amante de ello. Después de probarlo a los 15 años, me pareció interesante, pero olvidé el tema. Cuando visité Murcia buscando vinos de Jumilla, encontré botellas de vermut en las bodegas ‘1890’. Si ellos tienen un excedente de vino que no pueden embotellar, hacen vermut. Me dijeron que ese era de Monastrell», nos cuenta José Luiz Pérez, Gerente General de la firma i-Vinum.

El Monastrell con hierbas aromáticas tiene 15% de grado alcohólico. Es un típico rojo español. No es agresivo en el bitter, es muy elegante y tiene un nivel de dulzura que no te satura; a diferencia del italiano que es más fuerte. Algunos productores tratan de no cortar el vino ni partir de uno fortificado, sino de uno con abundante grado alcohólico por el azúcar que presentan las uvas.

Lo distribuían entre los bares de Murcia, aunque no salían de ahí. Ahora han llegado a Madrid. El formato de un litro y la calidad del vino hacen que el producto final ofrezca un consumo habitual. «Los números del vermut resultan ser mejores que los del vino. Este año han embotellado casi 300 mil. Normalmente no llegaban a 100 mil. Nuestro vermut, ‘La Chica de Hoy’, se ha elaborado seleccionando una compleja mezcla de botánicos que se han macerado en un ensamblaje de vino y holandas criadas en botas de Jerez. Su precio es de 99 soles y vienen en formato de 750 ml», agrega.

«La Chica de Hoy» deslumbra por su color caoba con intensos destellos rubíes y dorados. A copa parada es un complejo mar de aromas, donde especias como la canela, el clavo y la pimienta se funden con los cítricos: piel de naranja, mandarina, los florales, hibisco y los matices de crianza de la barrica de Jerez como el clavo y las almendras. En el paladar, ataca dulcemente la boca dejando una sensación cálida y agradable que es equilibrada por su ligero amargo y frescor permaneciendo por mucho tiempo.

«El vermut se está desarrollando mejor en Lima. Hay ventana para más tipos de esta bebida: herbáceos, afrutados, con matices refrescantes y dulces. Actualmente, existen más de 20 entre nacionales y extranjeros con perfiles variopintos. En el Perú son más dulces, en cambio, en España, como es el caso de ‘La Chica de Hoy’ es refrescante, de sabores frutales y te llama a consumirlo en cualquier momento del día. Como no tiene abundante bitter, resulta equilibrado», menciona Laura Tabera, bartender de Sapiens.

Se recomienda servir muy frío entre 4 y 6º C, con hielo y un trozo de piel de limón o naranja. Puede ser el acompañamiento ideal de variedad de encurtidos, escabeches y pinchos. «El vermut es un gusto que proviene netamente de mí. Estoy ingresando con él a bares porque creo que hace falta más elegancia. Pienso en la coctelería. Hay productos muy buenos que podrían tener un impacto significativo, especialmente los vinos», puntualiza José Luis. Finalmente, tanto en España como en Perú, el vermut es un producto dirigido a las chicas de hoy.

Escribe: Valeria Burga (@valeria.burga26)

Editora General

Fotografía: Santiago Rodriguez (@rodmun10)