«Intipalka», la bodega peruana más exitosa de los últimos tiempos, promete continuar en la cima acompañada de una nueva imagen en sus presentaciones. El objetivo es reforzar la identidad nacional a como dé lugar.

El Perú es reconocido a nivel mundial por ser el país del Pisco, sin embargo, en la actualidad, ha logrado ganarse un espacio en el mercado internacional del vino gracias a la evolución continua de sus productos y los altos estándares de calidad alcanzados. Desde Ica para todos los paladares del mundo, «Intipalka» —«Valle del Sol» en quechua—, es la firma que recientemente consiguió un gran reconocimiento tal cual Chile y Argentina. Así lo indica uno de los críticos más influyentes del rubro vitivinícola: James Suckling.

En diciembre de 2021, le otorgó a cuatro vinos de esta bodega excelentes calificaciones. Dos reservas y dos varietales fueron acreedores de un deslumbrante puntaje: «Intipalka Cabernet Sauvignon Petit Verdot», «Intipalka Malbec» e «Intipalka Tannat» con 88 puntos, mientras que al «Intipalka Malbec Merlot», le colocó 87. Debemos admitir que esto representa un registro del trabajo y el esfuerzo que la marca viene realizando, pero también es sinónimo de nuevos desafíos para sus próximas cosechas.

La marca perteneciente a Viñas Queirolo proviene de más de 60 km de la Costa, al pie de los Andes (500 m.s.n.m) y, desde sus inicios hasta el día de hoy, persigue la misma meta: elaborar vinos elegantes y de estilo propio; que representen de la mejor manera a nuestras tierras para que sean capaces de competir con cualquier otro. Por ello, perfeccionan constantemente sus procesos de elaboración en el campo, así como en la parte enológica y técnica. Esto ha llevado a que rediseñen su imagen.

La marca se unió al estudio de Branding «Fibra» y a la Agencia «Olístico». Realizaron un minucioso trabajo a fin de hallar las formas particulares que esconden las distintas culturas peruanas en alfarería, tejidos, arquitectura y orfebrería. Descubrieron que nuestro país se caracteriza por líneas únicas y propias del acervo cultural.

«Nos sentimos muy entusiastas por presentar el nuevo rostro de la marca, el cual, esperamos, les permita a todos los compatriotas sentirse identificados y representados en un vino», revela Piero Fumagalli, gerente de marketing de «Intipalka».

Te estarás preguntando qué las desmarca de las anteriores. En esta oportunidad, el nombre de la firma se coloca en la parte superior, después viene el logo, la variedad, el año y el contenido neto. Anteriormente, el ícono era lo más resaltante de su etiqueta, pero, ahora, han incluido el nombre del país: Perú.

«Ya no representaban a un vino peruano de calidad internacional. Por lo tanto, propusimos rediseñar las etiquetas a fin de tener el mensaje correcto. El sol minimalista y estilizado es una síntesis de trazos preíncas. Inclusive, el Gran Reserva N°1, tiene un papel texturado que también representa ese origen tan nuestro», asegura Miguel Ormeño de la Agencia «Olístico» .

Según Andrea Galvez, quien conforma el estudio «Fibra», se basaron en dos objetivos: El primero, realzar el valor premium en todas las categorías de vinos y, el segundo, que el diseño permita representar la identidad peruana de una forma creativa y sutil ante los ojos del mundo. «La idea fue generar un sistema de etiquetado en el que todos los vinos compartan la misma estética. Creamos un lenguaje de letras y símbolos (tipografía), inspirados en la iconografía andina (Jesús Ruiz Durand)», apunta.

Es importante comentar que la bodega tiene cuatro líneas de productos: varietales, reservas gran reserva y espumantes. Todos están hechos con uvas francesas sembradas en suelo peruano; el cual aporta descriptores particulares en cada variedad, brindando así, una tipicidad única a cada ejemplar. 

«Con toda la iconografía ancestral de las diversas culturas que tiene el país del cual formamos parte, la marca de vinos ha desarrollado, en su presentación, un diseño que muestra vestigio, referencia y representación de nuestros orígenes. Ello, combinado con las tendencias actuales, ha dado pie al nuevo concepto», resalta Fumagalli.

No cabe la menor duda de que, el año pasado, la bodega se ha hecho acreedora de puntajes sumamente positivos que aportan sobremanera en su trayectoria. Ahora que el mundo conoce los vinos que ofrecemos, somos capaces de competir entre las mejores firmas y seguir colocando el nombre del país en alto; lo que debe llenarnos de satisfacción. De seguro que, la nueva imagen de Intipalka, será uno de los factores que nos permitan continuar escalando posiciones en el sector. A por ello.

Escribe: Valeria Burga (@valeria.burga26)

Editora General