Frente a la enorme problemática de deforestación presente en la selva amazónica del Perú, la organización ARBIO trabaja para conservar 916 hectáreas de bosque en Tambopata, Madre de Dios.

Una tarea responsable y arriesgada ante la creciente demanda de maderas duras como el shihuahuaco, que se traduce en la constante presencia de las fuerzas de protección forestal para impedir el ingreso de los madereros, los dueños del bosque, que buscan estos árboles de más de 50 metros de altura.
Los estudios de los últimos años sobre la especie shihuahuaco han proporcionado evidencia de su longevidad e importancia en el ecosistema. Durante las expediciones científicas del grupo ARBIO se encontraron árboles con más de mil años de antigüedad y se constató el lento crecimiento de esta especie, lo que determina la insostenibilidad de su uso y aprovechamiento con fines madereros en la industria de la construcción.
Preocupados por los nuevos hallazgos sobre la destrucción de la selva amazónica y el peligro para los últimos gigantes de la selva, diversas empresas privadas han participado activamente en la conservación del bosque. Son empresas comprometidas con la sustentabilidad y operan en áreas como turismo, alimentos, finanzas, entre otras, incluidas las cadenas hoteleras Ananay, Bio Amayu, BanBif y Fundación BBVA.

“El apoyo del sector corporativo nos ha dado un gran empuje en nuestra labor de conservación. Su participación no solo nos permite continuar con nuestros estudios sobre los árboles milenarios, si no que también ha sido crucial para darle continuidad al trabajo de monitoreo y protección que realizan nuestros guardabosques”, mencionó Tatiana Espinosa, fundadora de ARBIO.
El equipo de ARBIO Perú invita a las empresas interesadas en involucrarse en la conservación de los bosques, a unirse a su plataforma digital para elegir la cantidad de hectáreas que quieren proteger en un año.Pueden hacerlo a través de la página web https://www.arbioperu.org/protege-el-bosque/