De seguro has oído hablar o has visto el famoso Capitolio de Washington ubicado en Estados Unidos. Este, a parte de ser una sede importante del gobierno de USA, ha sido escenario de varias películas de Hollywood como Superman II (1980), 2012 (2009), Día de la Independencia (2016) y hasta Transformers (2011). Actualmente, el edificio alberga las dos cámaras del congreso y posee galerías para que cierto público pueda observar las sesiones que se dan a cabo allí.
Pero, ¿sabías que existe un capitolio muy similar ubicado en La Habana, Cuba? Este recinto ha sido restaurado debido al cumplimiento de los 500 años de la ciudad en el año 2019. Al igual que el de Washington, posee áreas donde se ubicarían las cámaras del congreso y también, puede visitarse con la compañía de un guía. En Revista Cocktail, te contaremos la historia y características de ambos lugares para que decidas por tí mismo cuál te gustaría visitar.
Historia
La historia del Capitolio de Washington se remonta al año 1790. Este edificio ha sido quemado, derrumbado, ampliado y restaurado en múltiples ocasiones por los sucesos que abarca la historia de Estados Unidos. Fue entonces que es aprobado por el congreso en cuando comienza la construcción. Inicialmente, el arquitecto franco americano Pierre Charles L’Enfant, sería el encargado de la construcción de la edificación. Sin embargo, debido a que el personaje avanzaba la construcción sin plano alguno, alegando que la idea «estaba en su cabeza», fue reemplazado por el médico William Thorton. El congreso se reunió por primera vez en el capitolio en el año 1800. Este fue ampliado porque el espacio del lugar no daba abasto a la cantidad de legisladores que representaba cada estado, que cada vez, aumentaba más.
En lo que respecta a la historia del Capitolio de La Habana, comienza en el año 1925, año en que el General Machado Morales asume la presidencia de Cuba. En 1928, se celebraría en la ciudad la Sexta Conferencia Internacional Panamericana, para lo que se necesitaría la construcción de un edificio a la altura del acontecimiento. Al inicio, el arquitecto cubano Raul Otero sería el encargado de la edificación, junto al equipo francés que trabajaba por el reordenamiento urbano de La Habana encabezado por Jean Claude Nicolas Forestier. Asimismo, la empresa americana Purdy & Henderson Company estuvo involucrada en la construcción debido a que se debía culminar en tres años, antes del evento. A pesar de que no se culminó con la construcción en la fecha indicada, si se llegó a realizar el evento en el edificio. No obstante, es en 1929 cuando se inaugura oficialmente el Capitolio de La Habana.
Arquitectura y espacios
Revisemos la parte más importante: la arquitectura de estos lugares y los espacios que alberga. En los Estados Unidos, la cúpula, que fue construida entre 1855 y 1866, tiene más de 4.000 toneladas de hierro fundido y 108 ventanas. La figura en la cima del domo es la Estatua de la Libertad. También posee una rotonda que tiene una altura de 54,86 metros y un diámetro de 29,2 metros. En este espacio, se exhiben pinturas y esculturas que retratan a personas y acontecimientos significativos de la historia de Estados Unidos. Además, reposan en esta sala los presidentes y ciudadanos distinguidos.
Las zonas de visita en la planta baja incluyen la Sala de las Columnas, los Corredores Brumidi, la Antigua Cámara de la Corte Suprema y la Cripta (aquí se presentan exposiciones históricas). Los Corredores Brumidi llevan el nombre del artista que diseñó los murales que los adornan, Constantino Brumidi. Por último, existe el Salón Nacional de las Estatuas, que alberga 100 estatuas de la colección y tiene el Capitolio de figuras de ciudadanos destacados en la historia de USA, dos por estado. Cabe resaltar que esta edificación pertenece a la arquitectura neoclásica.
Se dice que el Capitolio de La Habana es una réplica del Capitolio de Washington y que mide un metro más que el ya mencionado. La longitud de la construcción es de 207,44 m, y su composición arquitectónica y volumétrica se estructuró a partir de un cuerpo central compuesto por la escalinata monumental, de casi 36 m de ancho por 28 m de largo y un total de 56 peldaños interrumpidos por tres descansos intermedios. A ambos lados del desembarco de la gran escalera, se emplazan dos grupos escultóricos hechos en bronce por el artista italiano Angelo Zanelli, La Virtud Tutelar del Pueblo y El Trabajo, de 6,50 m de altura cada uno. La cúpula, de una altura de 92 m, fue en su momento la quinta más alta del mundo con un diámetro de 32 m.
En el interior de este espacio se materializa el simbolismo arquitectónico en la imponente escultura de La República, situada bajo el domo, obra también de Zanelli, hecha en bronce, con 15 m de altura y 30 T de peso, que en su momento fue también la segunda más grande del mundo bajo techo. A parte de contar con una gran biblioteca, este monumento también destaca por el Salón de los Pasos Perdidos, el más monumental de los espacios existentes en los edificios públicos del país, con casi 50 m de largo, 14,5 de ancho y casi 20 m de puntal. Se llama así pues cuando atraviesas el lugar, se escuchan valga la redundancia, pasos perdidos.
Precios
El costo de visitar ambos lugares varía. Mientras que ingresar al Capitolio de Washington es gratuito, para entrar al Capitolio de La Habana, se debe pagar 10 pesos cubanos si eres residente y 10 dólares si eres turista. Ambos lugares tienen sus propios beneficios y vale la pena darse una vuelta por ellos.
Escribe: Claudia Martens (@claudiamartensc)