Durante los últimos años, los productores de vinos argentinos han captado el interés de todo el mundo. «Escorihuela Gascón», con su dedicación a la calidad y a la experimentación, se ha convertido en una de las bodegas líderes de su país.

Don Miguel Escorihuela Gascón fundó la Bodega que lleva sus apellidos en 1884. Siempre tuvo en cuenta la elección, el cuidado de los cepajes, la elaboración bajo métodos artesanales y la permanente incorporación de la tecnología acompañado de un equipo de profesionales, además del asesoramiento de reconocidos enólogos y técnicos extranjeros que mantuvieron un alto nivel de calidad internacional.
En 1992, un grupo de inversores adquirió sus intereses mayoritarios. Siguiendo la tradición del fundador, han convertido la bodega en una meca de experimentación. Hoy, con más de 130 años innovando en vinos de máxima calidad, «Escorihuela Gascón» es líder de la elaboración de vinos Premium y de Alta Gama. Una de las 10 bodegas exportadoras más importantes.

Uno de sus valores agregados es, sin lugar a dudas, la biodinamia. Ello se refiere al método basado en las teorías de Rudolf Steiner, fundador de la antroposofía. Se diferencia de otros tipos de agricultura ecológica en el uso de preparados vegetales y minerales como aditivos para el compost y aerosoles para el terreno, así como en el seguimiento de un calendario de siembra basado en el movimiento de los astros. «Solo 5 bodegas en Argentina presentan biodinamia y nosotros fuimos la primera», asegura Mathías Cicciani, enólogo de la firma.
En la charla que tuvimos nos presentó dos de sus botellas: «Escorihuela Gascón Gran Reserva. Malbec» y «MEG Escorihuela Gascón. Blend». «Desde el corazón de nuestra finca en Agrelo, nace esta línea Gran Reserva; la cual refleja la máxima expresión del terroir junto a la calidad, complejidad y elegancia de los vinos elaborados con los frutos obtenidos», agrega. La finca se encuentra en una zona baja de Luján de Cuyo. Esta condición permite que los vientos fríos que descienden de la Cordillera de los Andes se encajonen en el viñedo, generando un clima frío y una excelente amplitud térmica. El suelo se caracteriza por ser homogéneo, con perfiles arcillosos a franco arenosos que permiten la retención necesaria del agua de lluvia.
Este es un vino 100% Malbec de 14,2% de alcohol por volumen, siendo la última cosecha del año 2018. Su guarda es de 12 meses en barricas de roble francés y el mismo periodo de estiba en botella. A la vista es de profundo color rojo violáceo con reflejos al tono. En nariz resulta expresivo y frutal. Se aprecian frutos rojos frescos como ciruelas y arándanos, frutos del bosque en confitura, violetas y tonos ahumados que imprime el paso por barrica. En el paladar es un tinto jugoso con sabores frutales nítidos. Taninos redondos y dulces que aseguran un final agradable y prolongado.
«MEG es sinónimo de elegancia. Es la búsqueda del equilibrio ideal entre la frescura del Malbec con la estructura y complejidad del Cabernet Sauvignon», señala el experto. Los suelos de origen aluvial de su finca El Cepillo son profundos con perfil areno-limoso en la parte baja, mientras que en las zonas más elevadas son rocosos y ricos en carbonato de calcio (caliche).

Entre los rasgos diferenciales del año 2019 se destacan los rendimientos bajos, muy buena sanidad y una Cordillera de los Andes totalmente cubierta de nieve durante el verano. Las lluvias trajeron días más fríos de lo habitual y un adelantamiento considerable de la temporada de cosecha. Todos estos factores llevaron a una cosecha adelantada, con buena madurez y sanidad que dieron lugar a vinos concentrados y de buena acidez.
Presenta guarda en barricas de roble francés, 80% nuevas y 20% usadas, así como 14,1% de Alc/Vol. Es rojo violáceo profundo y brillante con reflejos al tono. En nariz es complejo con aromas profundos de cassis, cerezas y ciruelas negras, especias y hierbas de la Provence además de tonos ahumados, clavo de olor, vainilla y cacao. En la boca taninos firmes, con sensaciones de frutas crujientes integradas al roble.
Próximamente, llegará al Perú un nuevo vino ícono: la primera cosecha de 2017 de Miguel Escorihuela Gascón. «Me alegra ver el recibimiento de nuestros vinos y que la participación del público peruano sea mayor. Veo una perspectiva de mercado sumamente interesante. Considero que, el valor agregado más grande de mi participación, es retratar y no intervenir en lo que el viñedo nos quiere dar», puntualiza Mathías Cicciani. Entérate de más en http://www.escorihuelagascon.com.ar/ y @escorihuelag.
Escribe: Valeria Burga (@valeria.burga26)
Fotos: Santiago Rodriguez