Un excelente homenaje a la trilogía de los 80 de Sam Raimi y Bruce Campbell, que llega el clásico slasher fuera de las cabañas de los bosques.
En los últimos años, hemos estado acostumbrados a distintas secuelas, remakes, spin-offs y reboots de cintas o series ya existentes que, seamos honestos, las casas productoras buscan presentar con una suma de nostalgia y de riesgo mínimo a las carteleras de cine. Pero en el caso de ‘Evil Dead: Rise’ es todo lo que una película precuela debería hacer, pues apartado de la fórmula de gore combinado con guiños a films de serie B, sabe como mantenerte en tensión e incomodidad en gran parte de la historia. Vayamos por partes y reconozcamos el trabajo de este nuevo metraje.
«Evil Dead: Rise»: Un festival de masacre, crudo y directo
Escrita y dirigida por Lee Cronin, quien no ha podido brillar con luz propia en el mundo del terror, teniendo en cuenta su trabajo en ‘The Hole in the Ground’ en el año 2018, ha sabido sacarle el jugo a esta saga que se apartó de sus orígenes llenos de humor, aunque no de sangre y entrañas. La película nos presenta a las hermanas Elli (Alyssa Sutherland) y Beth (Lly Sullivan), esta última al enterarse que está embarazada, decide visitar a su pariente, quien es madre de tres hijos que viven en un edificio que está a punto de ser demolido.
Sin embargo, las cosas se complican cuando ocurre un caótico ‘terremoto’ mientras sus 3 hijos iban a comprar pizza para recibir a la invitada especial. Al ocurrir este fenómeno uno de los niños encuentra entre los escombros del edificio, el cual se resquebrajó hasta sus cimientos, el Libro de los Muertos, el recordado y monstruoso texto con la capacidad de invocar poderosas entidades demoniacas a la tierra que, al ser llevado al departamento y ‘activado’, toma posesión del cuerpo de Ellie, poniendo a Beth y sus sobrinos en constante peligro.
Desde ese momento, todo se sale absolutamente de control, olvidándonos de los primeros 20 minutos de trama de conexión con los personajes principales e ir directo al plato fuerte, algo que en parte fue positivo, pero muy abrupto evitando conectar con nuestros ‘héroes’ y los sentimientos de los hijos de Ellie al ver a su madre totalmente poseída por este ‘deadite’.
En ese sentido, el guion de Lee Cronin trata de hacer una distinción significante a la filmografía original de Sam Raimi y el remake dirigido por Fede Alvarez en el 2013, las cuales sucedían completamente en un bosque y los atormentados personajes se encontraban en medio de la nada, ayudando al sentimiento de ‘miedo a lo desconocido’; aquí la acción se traslada a un viejo edificio de los Ángeles en donde aísla a la familia buscando generar un sentimiento de incomodidad por los elementos cotidianos presentes.
Eso sí, existen algunos homenajes y referencias, tal como la primera escena en la cabaña, que luego cobra sentido al final de esta historia, al igual que uno que otro guiño representativo de esta saga, que tenía en el rol protagónico al querido Bruce Campbell como Ash Williams, que para esta ocasión no estuvo presente, pero que no le resta puntos a la historia.
Una cinta de ‘horror corporal’
Por otro lado, es necesario rescatar que esta crítica no va dirigida a los aplausos hacia la escena del terror, pues este metraje es ‘horror’ puro y constante, con algunos detalles que te escarapelan el cuerpo si eres sensible, ya sea por los rostros descompuestos, las risas macabras y el ‘horror corporal’ como la escena donde Bridget, la hija de Ellie, quién también es poseída por la misma entidad, la cual come explícitamente restos de una copa de vidrios, tragándoselos lentamente para ‘eliminar los gusanos que hay en sus entrañas’, transmitiendo al espectador la sensación de incomodidad absoluta.
Asimismo, tenemos secuencias con grandes niveles de violencia cruda, como la escena del pasillo, que podemos ver desde la perspectiva de la mirilla de la puerta del apartamento donde ocurre la masacre, al igual que las muertes totalmente explícitas, acompañadas de un maquillaje bien logrado, buenos efectos especiales totalmente prácticos y momentos nada forzados por incesantes ‘screams’ o ‘zoom in’ que nos tienen acostumbrados las películas actuales de terror.
Las actuaciones de todos los presentes son extraordinarias, pero la que más destaca es la de Alyssa Sutherland, a quien muchos recordamos por su papel de Aslaug en ‘Vikings’, y que da una cátedra de interpretación tanto en los minutos que la vemos como madre, para transformarse totalmente en un demonio siniestro, cambiando de posturas, movimientos bruscos que sabe como representar en relación con su fisionomía.
Desgraciadamente, no todo es ‘color de rosa’, y tal como anticipamos, Cronin falla en el desarrollo de sus personajes, olvidando explotar la naturaleza materna, la familia y la conexión entre todos, e incluso parece que los hijos olvidan completamente a su madre y saben que están enfrentándose a un ‘deadite’, cuando hace 5 minutos era la mujer que los vio nacer, a excepción de Kassie, la menor de ellos, quien es interpretada por Nell Fisher.
En conclusión, ‘Evil Dead: El Despertar’, es una entretenida precuela que busca rendir homenaje a la saga de ‘Ash’ y al ‘slasher’ que cambió el cine de terror en los 80, pero al mismo tiempo le da un giro tremendo a la fórmula, brillando por luz propia, haciendo disfrutable la experiencia y esperando próximamente más de esta producción.
Escribe: Luis Tamani