Si tienes ganas de mimar tu paladar Guarguëro – Peruvian Cuisine, Pisco 1615 y una sofisticada selección de vinos californianos se han entrelazado para ofrecer al público un maridaje sublime que combina lo mejor de nuestra cocina con los destacados vinos de California. En esta nota toda la información.
Cuando buscas el maridaje perfecto, todos tus sentidos se despiertan para absorber las sensaciones producidas por el vino y la comida. Vegetales, proteínas, queso e incluso las salsas deben estar equilibradas como si andaran por una cuerda floje, pues al mínimo desbalance esa experiencia tan exquisita puede echarse a perder. En el caso de este maridaje, donde los vinos californianos, el pisco peruano y nuestra exquisita cocina nacional danzan en armonía para nuestro deleite.
La experiencia despegará con una entrada compuesta por un «Tiradito Oriental», hecho con láminas de pescado fresco bañado en salsa nikkei que le aporta un sabor dulzón. Se acompaña con palta, kiuri (o pepino jamponés) y fansi frito. El vino que complementa a este platillo es un Chardonnay de la bodega William Hill, un vino blanco afrutado con notas de frutos maduros, manzana asada, con ligeros toque de caramelo y nueces. En boca provee una sensación suave y cremosa.
El siguiente plato es un «Atún en costra de quinua», una absoluta delicia que va mechada con espárragos, tiene palta, tomate con case y ajonjolíes. Con sabores sutiles y delicados, este fondo va a sincronía con el Pinot noir de la bodega Macmurray, un vino de sabor intenso con notas de frutos rojos como la cereza y una buena acidez que se equilibra muy bien con el platillo. Los sabores de ambos se prolongan en armonía y el nivel de jugosidad es perfecto.
La cena continua con la «Pasta al Horno», hecho con rigattoni en ragú de carne y saltado de champiñones y zapallito italiano. La cubierta va gratinada con parmeggiano reggiano y queso mozarella. El acompañante ideal para esta pasta es el zinfandel de Ghost Pines, un tinto intenso y untuoso con una gran complejidad de aromas. Se puede percibir aromas de mermelada, frutos negros, pimienta molida y matices de roble tostado.
Un maridaje con comida criolla no podía estar completo si este deslumbrante «Lomo Saltado Angus», hecho con lomo fino salteada al wok, con tomates y cebollas, servido con papas nativas y arroz. El vino que lo acompaña es un Cabernet sauvignon de la bodega Louis M. Martini, un vino profundo con sabores intensos que recuerdan a las moras, grosellas y con notas sutiles de moca y especias exóticas que se combinan armoniosamente con la jugosidad de este lomo saltado.
Como siempre, no hay final feliz sin la dulzura de un postre. En este caso, la cena se despedirá de nosotros con una deliciosa «Trilogía de Guargüeros», tres versiones de este postre de antaño con rellenos diferentes como el manjar a la olla, la crema de limón y merengado de chirimoya. El maridaje perfecto es un pisco acholado de la bodega 1615, el cual abraza y complementa sublimemente los sabores del guargüero.
Escribe: Fiorella Gómez (@periodisteando.pe)