Vinos señoriales se aproximan a la mente cuando Rioja es mencionada. Brisas de madera que marcan las
sensaciones de la etiqueta. Robustos, en ocasiones masticables, siempre están estilados a la vieja andanza.
Pero hoy, cuando el perfil de los parroquianos ha cambiado tanto, cuando la fruta es angular en selección,
amoldarse sin perder la esencia es un reto superado por pocos bienaventurados.
Faustino es una de las firmas que delimitan el mercado de manera sublime. Ahora, de la mano de Tabernero, ha regresado al Perú con Faustino Art Collection. Un portafolio amplio y selecto, concebido por el arte y la puesta en valor de la enseña más icónica de Rioja. Una veta gloriosa que ha recorrido —más de cien países— para deleite del mundo.
El arte y la viticultura se convergen solemnes con la nueva etiqueta. Objetivo que se plasma gracias a Willy Ramos, un artista colombiano residente en España. Que bajo su trazo impoluto se da el surgimiento
de tres nuevos vinos: un varietal de chardonnay, un blend de viura/chardonnay y un Crianza.
Con recipientes afectos al irrepetible trazo del autor, sin la ausencia de la exquisita marca de Bodegas Faustino. Empresa que posee alrededor de 650 hectáreas de viñedo en las mejores zonas de Rioja entre los términos municipales de Laguardia y Oyón. La Rioja Alavesa, para redondear, ofrece unas cualidades excepcionales para el cultivo de la vid. Su suelo arcilloso calcáreo y su microclima óptimo confieren un valor de calidad insuperable a las variedades de uva que crecen en sus viñedos, donde cultivan en su mayoría tempranillo, graciano, mazuelo y viura.
Bajo el supremo respeto que merece el medio ambiente, en los últimos años se han incorporado nuevas prácticas ecológicas para hacer que sus viñedos sean cada día más sostenibles. Una de ellas, la viticultura de precisión permite analizar la evolución de distintas zonas del cultivo en una misma parcela. Dando origen a un Faustino Orgánico, cuya cata deja una impresión sólida y virtuosa.
Otra de sus novedades, es el chardonnay del Art Collection, proveniente de un viñedo propio en Mendavia. Fruto de un trabajo que busca conseguir al máximo exponente de esta variedad, trabajando con lía fina para conseguir el equilibrio entre acidez y cuerpo. Único y sin sinonimia, este licor es un blanco limpio, brillante, con un cautivante amarillo, un vino con volumen, untuoso, de buena acidez y con un punto de amargor de largo paso, que deja un recuerdo frutal en la boca.
Asimismo, no podemos olvidarnos del blend de viura-chardonnay, vino elaborado con uvas procedentes de las fincas situadas en Oyón, Laguardia y Mendavia. Macerado durante 20 horas en frío, se fermenta a baja temperatura (16º). Ni del Crianza, lo más nuevo de Faustino para esta línea. Hecha de uvas que manan a 450 metros de altura, en las fincas de Oyón, donde crece el vital tempranillo de preparación. Tiene una fermentación controlada a 28º y de 15 meses de crianza en barrica de roble americano.
Tiene notas de barrica en nariz, con sensaciones dulces y ligeros tostados, muy bien incorporados con notas de frutas del bosque (ligeramente maduras). En boca es agradable, con unos taninos integrados en su punto y con un final medio marcado por los tostados de la barrica. Ahora que conocen esta línea, pueden seguir explorando en sus líneas mayores.
Escribe: John Santa Cruz
Columna publicada para la edición N°42 de la Revista Cocktail