Después de un año de cierre, los actores retornan a los escenarios para encender la magia del espectáculo. Conoce el periplo que tuvieron que vivir las puestas teatrales para regresar por lo alto en medio de esta inesperada crisis sanitaria.

Las salas volvieron para albergar aquellas historias que quedaron a la espera. Los telones arriba y las luces encendidas dan paso a una puesta en escena que deja maravillado a más de uno. Después de dar un alto a sus servicios, los teatros abrieron sus puertas con el fin de recuperar una parte de lo que perdieron en esos meses de ausencia.

Trabajadores de cultura, creadores, artistas, productoras, organizaciones, instituciones y otros agentes del sector se vieron afectados por la cuarentena. Una encuesta realizada por Playbill, a inicios de la emergencia, indica que se cancelaron más de 3 mil funciones, se devolvieron casi 344 mil de preventa y paralizaron 4.5 millones de soles por cancelación en un primer trimestre. Sin duda, un panorama que ponía en jaque a los profesionales dedicados a este arte.

Así es como llevaron al mercado una nueva alternativa de entretenimiento logrando facturar cerca de 2 millones de soles, el 10% de lo que registraban antes de la pandemia, según datos de la consultora Flanqueo. Esta nueva opción permitía a las personas consumir diversas funciones teatrales desde la comodidad de sus casas al alcance de tan solo un click.

Si bien a inicios captó la atención del público, quienes ante la novedad no dudaron en probarlo por primera vez, esto cambió con los días. Debido a la falta de protocolos, varios artistas manifestaron su posición en contra del accionar del Gobierno de turno y más de una vez se dirigieron al Ministerio de Cultura para una pronta operatividad en sus instalaciones.

Una obra teatral es una experiencia inigualable. Las emociones del actor generan diversas sensaciones. Por ello, el año pasado se logró dar la reactivación cultural y algunos de los principales teatros que desempolvaron butacas fueron el Teatro La Plaza, el Teatro Británico, Teatro Ricardo Palma y el Teatro Municipal.

Con aforos controlados, distanciamiento social, uso de mascarillas y una venta menor de boletos, se anuncian pedidos frente al contexto que se vive. Este es el caso del Teatro La Plaza, el cual ha implementado una reducción de aforo al 50%, un equipo de Sistema Germicida UV – Ultravioleta de Banda C en su sistema de aire acondicionado para evitar la recirculación del mismo aire en la sala. Asimismo, cumplen con todos los requisitos del MINSA y supervisan tanto al equipo como al elenco encargado de cada función.

El impacto que ha tenido el sector cultural frente a la pandemia ha sido terrible. Nadie tenía previsto que un virus interrumpiera un trabajo que lleva meses de preparación. Gestores culturales, actores y actrices miran con esperanza este 2022 porque todos sabemos que pese a las adversidades “la función debe continuar”.

Escribe: Valeria Ortega (@valuzort)