Karla Casablanca, diseñora y visonaria del rubro de la moda, nos relata su trayectoria desde sus pininos creando prendas hasta el día de hoy, que inauguró el segundo local de CasaBlanca, su amada tienda de ropa.

Siempre estuvo rodeada de telas y tijeras. Lo confirma su madre, quien le contaba que recolectaba pedazos de telas para vestir a sus muñecas. Con el paso del tiempo quedó sumergida en este mundo, siendo modelo desde los 6 años hasta que alcanzó la adultez joven. 

Era su lugar. Obtuvo todos los conocimientos necesarios graduándose en CEAM (Centro de Altos Estudios de la Moda), practicando en la revista Ellos & Ellas y realizando styling, además de obtener una especialización en Fashion Marketing, ya que consideraba que la moda es más que solo crear: es ejecutar y monetizar.

Aunque se le presentaron varios obstáculos, no se permitió darse por vencida. En medio de la finalización de sus estudios y el modelaje, estuvo en la dulce espera de trillizos: dos varones y una mujercita. A pesar de todo, nunca ha dejado de perseguir sus sueños. «Siempre debemos seguir con todo. Que nadie te diga que no lo vas a lograr», comenta sonriente.

La creadora ya inauguró su segundo establecimiento de ropa en Chacarilla, donde presenta un concepto que logra que las mujeres se sientan especiales, como reinas. Su sello personal radica en las ganas que le pone a su trabajo. Al iniciar el proyecto, la pandemia le jugó en contra y tuvo más pérdidas que ganancias. Aun así, gracias a las redes sociales, pudo reinventarse sin perder lo más importante: la inspiración.

Esta boutique vende algo más que solo productos, pues regala una experiencia distinta desde el primer momento. Toda mujer que ingresa es asesorada personalmente para poder elegir lo mejor. Finalmente termina siendo un momento enriquecedor para cada clienta o, mejor dicho, para cada reina. 

Este negocio no es solo su emprendimiento, sino que es como si fuera su cuarto hijo, su sello, su identidad, su vida. Representa todo lo que ella cree del mundo de la moda. Sus diseños son coquetos, como ella, y las prendas no tienen tallas: lo que se busca es que cada mujer pueda sentirse cómoda y divina sin sentirse estigmatizada.

El proceso de emprender es largo, como la creadora misma narra. Recomienda aprender del proceso y, sobre todo, disfrutar de él junto a los aprendizajes, caídas, equivocaciones, porque es así como uno debe superarse. 

Se vienen más novedades con Karla, pues está a punto de estrenar su nueva colección otoño-invierno con un valor agregado: el cuero vegano. Esperemos que cada emprendedor pueda aprender de la historia de esta mujer luchadora, porque de esta manera veremos surgir a la creatividad en todo nuestro país.

Escribe: Vanessa Estrada (@vanessaestrada08)