El conductor de Movistar Deportes nos revela su desarrollo en el terreno periodístico y su proceso de adaptación frente a la pandemia tras poco más de un año.
En la juventud, no necesariamente tenemos claro a qué nos queremos dedicar. Como muchos, en sus últimos años de colegio, no tenía idea de ello. Le llamaba la atención la veterinaria; sin embargo, al analizar todos los factores, observó otros horizontes. Su abuela, una de las personas más importantes para él, fue quien intuyó la carrera a la que podría dedicarse.
«Ingresé a Bausate y Meza después de una plática con ella. En el camino, mi gusto por la carrera se incrementó. Más allá del ámbito deportivo, que era algo que me fascinaba, me convertí en un enfermo de la información. Hoy puedo pasar horas buscando respuestas a diversas situaciones que me interesen», dice con entusiasmo.
Antes de llegar a la pantalla chica, Zimmermann fue haciendo camino en reconocidos medios digitales como El Bocón, El Comercio y Depor. También hizo radio en Ovación. Todas las etapas han sido especiales para él, ya que son diferentes. Pudo aprender y pulir diversos aspectos. No obstante, el hecho de escribir siempre le agradó con diferencia.
Sin tener un trabajo fijo, a inicios de 2018, el productor de Movistar Deportes lo invitó a un casting: le abriría las puertas a su nueva y actual casa laboral. «Es curioso, porque era la segunda ocasión en la que iba a pasar una prueba similar. Esta vez sí me eligieron». Actualmente, es uno de los conductores de Zona mixta (noticiero deportivo) y panelista en Después de todo (programa de debate futbolístico).
Tras largos viajes y cientos de experiencias, hubo un evento que tuvo mayor impacto en él. «Me quedo con la Copa América. El mundial fue espectacular, pero el 2019 lo defino como un año inolvidable. Rusia 2018 trajo consigo una gran decepción desde mi punto de vista. Nos fuimos pronto. En la Copa América se dio una cadena de triunfos con diversos matices: lesiones, la goleada contra Brasil, los penales contra Uruguay. Simplemente fue perfecto», manifiesta.
Se lleva muy bien con las cámaras y el resto de elementos que van incluidos en su profesión. Es de su conocimiento que pertenecer al ámbito televisivo lo hace un poco más mediático; sin embargo, no es algo que lo satisface en su totalidad. «Me gusta el reconocimiento frente a algo que perdura en la mente del lector, como algunas de las columnas que he escrito».
Poco más de un año de pandemia hace que el periodista recuerde el inicio de esta etapa y rescate lo positivo. «Fue complicado no poder ir a grabar, un cambio brusco para todos. Se paralizó el deporte y, con ello, los programas. Es fundamental ser positivo más allá del momento lamentable que estamos viviendo», menciona. Luego de pasar mucho tiempo en el espectro digital en su faceta de redactor, indica que la situación obligó a los medios a reinventarse, dar verdaderamente el gran salto al mundo digital, acción que debió realizarse hacía mucho.
Una de las cosas que más valora, en relación al deporte, es que se puede tener un estilo de vida saludable en cuerpo y mente. «Si bien se ha perdido la naturalidad con la que puedes reunirte con tu entorno, yo pude obtener tiempo para acabar algunos pendientes: leer algunos libros que había dejado en el olvido o encontrar una actividad como correr, que me gusta cada vez más», nos comenta.
Finalmente, continúa firme en su trayectoria profesional, teniendo persistencia y constancia para lograr sus objetivos. «La terquedad me viene ayudando desde hace bastante tiempo en esta profesión. Es vital no desistir para conseguir las metas», concluye.
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Escribe: Piero M. Flores Quiroz