Hace algunos años, ni el más optimista podía pensar que la región de los Abruzos se reivindicaría como una gran zona vinícola. Paraíso de los graneles, los camiones cisternas partían desde las entrañas de esta bella región montañosa con dirección hacia el norte de la península. Los vinos de los Abruzos eran anónimos e ignotos: no hace mucho tiempo que la mayor parte del montepulciano d’Abruzzo se embotellaba fuera de sus lindes. Pero, la realidad ha cambiado. Los productores han emprendido un camino lleno de desafíos, esfuerzos y sacrificios, como lo hacen en Miglianico. Productores jóvenes, que se desgajan de las Cooperativas, nuevos inversores y emprendedores, una nueva generación de enólogos con una mejor preparación y la modernización de las cooperativas. Cerca de 40 en la actualidad, han llevado a que estos vinos sean reconocidos fuera de sus fronteras regionales.

Tradicionalmente se cultiva con el sistema de conducción de la pérgola (parra alta), también conocido en la zona como ‘tendone’, considerado el más apto para defender los racimos de la exposición de los rayos solares. En los últimos años, la tendencia es la de elegir la espaldera, manteniendo una distancia muy inferior entre cepa y cepa, y dejando un número menor de yemas, tal como lo hacen en Miglianico. Las maceraciones son breves, duran entre tres y ocho días en los vinos más sencillos y de 20-25 días en los más complejos, normalmente en acero inoxidable y cemento, aunque hay algunos que lo hacen en barricas, como Miglianico. El tipo de crianza es variable; son muchos los que se mantienen con los tradicionales toneles medios y grandes de roble de Eslavonia (Valentini), otros que usan barricas de 225 litros (La Valentina, Villa Gemma) o en toneles de 500-600 litros (Cataldi Madonna).
Ahora que conocen un poco más de la región, ya pueden imaginarse la calidad de los vinos de Miglianico que Italian Fines Foods trae al Perú, que reflejan toda la esencia de esta zona privilegiada de Italia. Inicialmente tienen unos vinos de entrada, los famosos Básico Montepulciano d’ Abruzzo DOC, que es un montepulciano d’Abruzzo 100% con 12,5% de alcohol. Ideal para carnes rojas, parrilladas y quesos. Te puede durar cinco años en tu cava. Hay que destacar que este vino es muy frutado y elegante, de color intenso y de gusto profundo. Excelente relación calidad-precio. Para complementar la información, la montepulciano es la cuarta variedad italiana en número de hectáreas con más de 30.000. Son vinos robustos, potentes, con cuerpo, salvaje. A veces puede parecer hasta rústico con aromas a cerezas, frutos del bosque, guindas, regaliz, cueros, animales y especias.

Luego viene el Miglianico Trebbiano d’ Abruzzo DOC. También 100% trebbiano. Llega a tu copa con un color amarillo pajizo con reflejos verdosos. En nariz tiene sutiles aromas que recuerdan las frutas cítricas, con notas minerales. En boca es igualmente sutil, delicado y envolvente, con ataque fresco en retrogusto. Se observan nuevamente las notas cítricas y minerales. Ya subiendo un poco de nivel, está el Miglianico Cerasuolo (Cerasuolo 100%). Las uvas para este vino fueron rigurosamente seleccionadas y vinificadas en blanco. Producen un mosto claro que se fermenta a temperatura controlada. Después está el Montepulciano d’ Abruzzo 100% DOP, con una crianza de 12 meses en barricas de roble. Se presenta de color rojo rubí con matices violetas. En nariz da buena expresividad con aromas que recuerdan los frutos negros, como grosella y guindones. Realmente una región por seguir explorando.
Escribe: John Santa Cruz (@josancru)
Director General