En medio de la crisis causada por el COVID-19, miles de centros escolares privados se han visto en la necesidad de desarrollar nuevos métodos de enseñanza y dinamismo para captar la atención de los alumnos. Al mismo tiempo, desde el Poder Ejecutivo y el Congreso de la República se han planteado propuestas como el Decreto Legislativo 1476, la permisión de traslado de alumnos de colegios privados a públicos o, más recientemente, una iniciativa legislativa que tiene como objeto poder controlar las pensiones. Estas acciones burocráticas han llevado a un enfrentamiento entre los padres y las instituciones privadas, así como al aumento de los casos de impago, ajustando así los presupuestos de los centros escolares.

Además, los docentes han acrecentado su carga en el trabajo, pues se han visto en un panorama nuevo, con herramientas distintas y donde los estudiantes tienen reacciones diversificadas. Al respecto, la revista Cocktail tuvo la oportunidad de entrevistar al notable educador y psicólogo Edisitio Cámere, exdirector del Colegio Santa Margarita, presidente de Proforhum y una de las máximas autoridades de la educación en el país; quien nos explica cuales son las ventajas y desventajas de este nuevo modelo educativo a distancia y cómo ayudará este a la educación del mañana.

¿Cómo cree que ha sido la respuesta de los colegios privados frente a la pandemia?

La tecnología ha venido a quedarse, pero no para reemplazar. Los colegios privados han podido responder de buena manera, porque la educación es, en segundo lugar, virtual y, en primero, porque es una actividad que educa personas. El conocimiento de los profesores, su capacidad de estudio y reflexión han permitido que hoy en día se pase por la pantalla lo que antes se brindaba en un aula. Entonces, se ha logrado que la educación escolar, en cuanto a comunica y perfecciona a la persona, pase por la virtualidad.

Es un mérito importante que han sabido aprovechar los profesores y merecen un aplauso

Hablando de los profesores, ¿considera que han aumentado su carga de trabajo?

Efectivamente. Hay que conocer un nuevo medio, el cual tiene nuevas particularidades. Además, una cosa es educar interactuando directamente y otra a través de una pantalla. Entonces, el recurso humano, en el sentido de interactuar, se ha perdido, lo que ha llevado al profesor a tener que preparar mejor sus clases para que el alumno perciba lo que se busca transmitir. Por lo tanto, sí ha habido un mayor esfuerzo, trabajo y más capacidad de innovar. Lo que ellos tenían como conocimiento propio ha podido ser transmitido a través de un medio -que es espectacular- como es la tecnología.

¿Qué opinión merece las medidas tomadas por el Gobierno?

Uno tiene un carro no para tenerlo en el garaje, sino para que pueda circular. La educación no solamente es la enseñanza, no solo es que el alumno vaya a clases; se realiza en una escuela, en un ámbito donde se interactúa y se crea una comunidad educativa.

En primer lugar, el Estado ha afectado la enseñanza privada al reducir la educación a solo dos componentes: el económico y tecnológico. La educación es un todo y como se ha reducido esta a dos elementos, lo que ha provocado es poner a los padres de familia en contra de los colegios y viceversa. Esto ha llevado a los padres de familia a desconfiar de los colegios. La educación sin una confianza que medie es muy difícil.

¿Cuál es su opinión respecto a la medida que permitió que los alumnos pudiesen trasladarse en pleno año escolar a centros educativos públicos?

La educación pública ha perdido anualmente 30 mil matrículas, se está reduciendo. Existe incertidumbre económica y por seguridad los padres deciden trasladar a sus hijos a la educación pública. Ahora se puede recibir educación desde casa, pero el año próximo ¿habrá o no carpetas? ¿habrá o no colegios? Yo estoy seguro de que el año próximo que mejore la economía de los 100 mil que se han movido, 50 mil van a retomar la educación privada.

Yo creo que es un tema más político que otra cosa. El Estado quiere recuperar a las personas que han salido de las escuelas públicas asustados y decepcionados.

¿Y por qué se trasladan alumnos de la educación pública a la privada? ¿Qué causa esa decepción?

La única explicación que me doy es que eso ocurre como quien mira su futuro en determinado país. Cuando me voy a otro país, definitivamente tengo yo mayores penurias y dificultades; pero ¿sabes cuál es la diferencia? Tengo esperanza de mejorar. Quienes dejan la educación pública perdieron la esperanza de que esta modalidad mejore y, por ello, han tomado la decisión.

Lo ocurrido es únicamente una manera de palear un tema económico. No significa que estén convencidos de que Aprendo en Casa sea mejor. Con la televisión no hay interrelación; con la radio, tampoco. ¿Por qué echan la culpa a las clases virtuales, a pesar de que mediante las plataformas utilizadas se mantiene la interrelación?

¿Cómo será el futuro de la educación privada después de la pandemia?

Para iniciar, la capacidad del docente. Estos, en el actual contexto, se han roto las espaldas por el reto de pasar a la virtualidad. Han rescatado la educación y reflexionado respecto a que la educación es una actividad intelectual y no de mera transmisión mecánica de conocimientos. Logrando así comunicarse con los alumnos para que este descubra, se ilumine la mente y pueda seguir profundizando.

En segundo lugar, por la coyuntura, los colegios han funcionado en la casa de cada alumno, esto ha permitido que los directores de las instituciones educativas aprendan a confiar y delegar en los docentes más funciones, ya que ahora no están todos bajo el mismo techo.

Esta confianza otorgada a los docentes ha sido pagada con creces, porque todos los colegios continúan, por lo tanto, hay que confiar. Como tercer punto, los profesores no pueden hacer las cosas solos. Se necesita algo que los articule e integre para potenciarse entre ellos, que es la escuela. Por esto, las escuelas deben seguir adelante con autonomía, porque son los espacios donde los alumnos se educan. Es verdad que también se educan en la sociedad; no obstante, más específicamente es en el hogar y las escuelas.

Como cuarto tema, si queremos tener una relación con el Estado, primero hay que articular la educación privada. Los colegios tenemos que abrir las puertas para interactuar alumnos, profesores y directivos con miras a crear un horizonte y cambiar nuestro vocabulario y forma de relación.

¿Cómo se puede lograr una mejor conexión con el sector público?

Así como los hoteles tienen estrellas; y los restaurantes, tenedores, los colegios privados podrían tener “lápices”. Uno, dos, tres, hasta cinco “lápices”; pero para tener cierto número de lápices deben tener lo principal, que la educación privada se organice en base a la información y la experiencia. Solo cuando se haya articulado y organizado bien la educación privada, estaremos en condiciones para hablar de igual a igual para crear un sistema único con el sector público.

Hoy en día, quienes dirigen la educación pública nos continúan dificultando y llevando al despeñadero. Como mencioné al inicio, la tecnología ha venido para quedarse, pero no para reemplazar. Yo creo que la educación virtual acompañada de la presencial va a ser una maravilla. Por ejemplo, en vez de haber dos clases constantes los días de semana, podríamos dedicarle dos días a cambiar las actividades ordinarias y hacer eventos a donde vayan estudiantes de colegios de la zona y se realice una jornada de discusión sobre peruanidad, liderazgo, sociedad.

Se pueden lograr cosas muy interesantes con esta mixtura. Honestamente creo que las plataformas virtuales pueden ayudar muchísimo, pero cuando la tecnología se usa únicamente con fines económicos, no estoy de acuerdo. En educación, la tecnología y cualquier medio ha de estar al servicio de la finalidad de esta, la cual es educar a las personas en inteligencia, voluntad y libertad.

Entrevista realizada por Juan Pablo Bernal Gallegos