Cada vez que me siento a escribir esta sección, pienso en lo maravilloso que es tener una variedad tan grande de piscos. Son cinco las regiones pisqueras, ocho uvas, tres tipos de pisco, más de quinientos productores y cientos de bodegas que van desde las artesanales hasta las industriales; siendo éstas precisamente, muy pocas. El sector pisquero es principalmente artesanal o tecno artesanal; y eso convierte al pisco en un producto especial y único.

Quebranta Don Beniccio S/ 38

Hace seis años, Daniel Pisconte hizo realidad el sueño de tener su propia bodega. Para él esta es la mejor manera de hacerle un homenaje a sus padres y abuelos, quienes le transmitieron la pasión por el pisco. La bodega Tradición se encuentra en el distrito de Pachacútec, pero el trabajo empieza en el campo y Daniel no solo se hace cargo de la destilación; sino de la conducción de la viña, lo que lo remonta a los mejores momentos que compartió con sus abuelos. La marca era «Señor Pisconte», y cuando Daniel intentó registrarla en Indecopi, el nombre le fue denegado en vista de que la palabra pisco o cualquiera de sus derivados, no podía registrarse al ser una denominación de origen. Por esa razón le puso «Don Beniccio» en honor a su padre, quien le enseñó las lecciones más importantes. Este Quebranta tiene deliciosos aromas y sabores que recuerdan a plátano maduro, manzana, melocotón, frutas confitadas, pasas rubias y toffee. Es un pisco perfecto para acompañar con postres de chocolate.

Mosto verde Quebranta Claudine S/ 50

Lo más encantador de este mundo pisquero es que está conformado por muchas parejas. Una de las más lindas es la que forman Jesika Urbina y Pablo Espinoza. Ellos han sabido ganarse el corazón de la gente del rubro (productores, catadores y conocedores) y por supuesto, de los clientes que adoran sus piscos. Además de tener uno de los mejores toronteles que hay, poseen lindísimas presentaciones personalizadas que le dan un toque especial a cada botella. Los viñedos se encuentran en Ica y destilan en la reconocida bodega Viñas de Oro ubicada en Chincha. Este es un Quebranta extraordinario. En nariz el alcohol es amable y presenta intensos aromas a manzana verde, melocotón, pecana y almíbar, así como tonos herbáceos. En boca el ingreso es dulce y untuoso. Además, tiene ricos sabores a manzana, pecanas y almíbar. Este es un pisco para tomar gota a gota.

Moscatel Golden S/ 50

Si hay una bodega que combina belleza y tecnificación en Lunahuaná es esta, que ostenta incluso la certificación HACCP. Orlando Candela, su productor, se ha preocupado en mantener una excelente infraestructura para el proceso de elaboración, así como lograr una línea de piscos de muy buena calidad. Eso lo demuestran sus piscos de Quebranta, Uvina, Italia, Acholado y Mostos verdes. Es una bodega totalmente preparada para el enoturismo, cuyo recorrido incluye, obligatoriamente, un paso previo por el camino de parras de todas las variedades pisqueras. También cuenta con una tienda para llevar sus piscos a casa. Este Moscatel tiene elegantes aromas a frutas tropicales de plátano y mango, al igual que frutos secos. En boca es estructurado y suave en paladar. Un pisco tonic queda espectacular con este Moscatel.

Quebranta El Gran Richi S/ 65

Ricardo Rivera Santander es arequipeño, pero el destino lo llevó a Ica, la cuna del pisco, donde se enamoró perdidamente de nuestro destilado de bandera. Es así que decidió elaborar su propia marca, para lo cual recurrió a la emblemática bodega iqueña Santa Lucía. Lamentablemente falleció, sin embargo, su esposa Pilar Cáceres, decidió continuar con la producción de «El Gran Richi», como una manera de hacerle un homenaje a su amor. Este pisco ha sido recientemente lanzado al mercado con éxito. Tal como cuenta Pilar, quienes conocieron a «Richi» fueron testigos de su pasión por el pisco, lo cual transmitía en las largas tertulias, siempre acompañado de una buena copa. Este Quebranta posee aromas marcados que recuerdan a plátano de seda, manzana roja, melocotón, pasa rubia y pecana. En la boca tiene un ingreso fresco y delicado. Los sabores son a frutas como manzana, plátano y melocotón. Es perfecto para un capitán de lujo.

Italia El Mocho S/ 35

Cada vez que tengo una copa de este pisco en mis manos, recuerdo con enorme cariño a El Mocho, encantador y respetado personaje moqueguano, con quien conversar siempre fue un placer. Lamentablemente, él ya no se encuentra entre nosotros, pero dejó este legado en manos de su esposa Susana y su hijo José Antonio, quien viene liderando la bodega con mucha pasión y éxito. Eso se nota en la calidad de sus extraordinarios y memorables puros de Negra criolla, Italia y Quebranta, así como su gran acholado. La bodega se ubica en El fundo El Cuadrante del valle de Estuquiña, a tan solo cinco minutos del centro de la ciudad. En este pisco se perciben aromas intensos y típicos de la variedad, que recuerdan a flores de azahares, a cítricos como lima y a hierbaluisa. En la boca se manifiestan sabores de cítricos, limón y lima, pasa blanca y con agradable amargor al final.

Negra criolla Estremadoyro S/ 40

Este pisco nace en la pequeña bodega Estremadoyro, ubicada en la hacienda Vásquez, donde se vive y respira la historia del pisco por sus cuatrocientos años a cuestas. Data de 1620, cuando se edificaron las primeras capillas y elaboraban el vino para las misas en Aplao. El simpatiquísimo productor es «Coco» Estremadoyro, quien se hace cargo personalmente de la elaboración, siempre acompañado de su dulce esposa Lupe. Como él dice, conserva de sus abuelos el gusto por elaborar un buen pisco y, para suerte, en casa y en los alrededores hay muy buenas uvas. Es conmovedor ver las tinajas, el lagar y la prensa de guarango, verdaderas joyas históricas. Tiene viñedos de Negra criolla e Italia, y produce puros y Mostos verdes de excelente calidad, al igual que un brandy de Italia. Este pisco tiene aromas que recuerdan a frutas como manzana y melocotón, toffee, chocolate y un toque herbáceo. En la boca el ingreso se siente dulce, el alcohol es muy amable y percibimos manzanas, chocolate y manjar blanco. Prepárese un «zamboni» y dedíquese a disfrutar.