Luego de largos meses de cuarentena, la reactivación del turismo al interior del país ha permitido redescubrir la riqueza del Perú. La ciudadela imperial vuelve a encender sus luces de noche: bares y restaurantes recuperan a un buen ritmo la vida que sus visitantes le solían dar. El Cusco, además de sus lugares históricos, es reconocido por su impecable cielo y simpáticos bares. Desde uno con insumos andinos hasta la elaboración de destilados propios. Aire libre, buen trago y ambiente cómodo.

Para iniciar el recorrido nos adentramos a Limbus Bar. Si bien siempre han sido famosos por su coctelería extravagante y una vista inmejorable, la barra más conocida de Cusco nos trae sorpresas. Desde whisky hasta ron, continúa con la propuesta de elaborar sus propios destilados. No dejan de mantener el proceso de fermentación en el mismo local. Ello permite disfrutar de una experiencia especial. Es recomendable ir con un buen grupo de amigos a disfrutar de las bebidas. Una experiencia que se toma a sorbos.

Gracias al ingenio de Joseph Carimaita, dueño de Limbus, y el personal del bar, la renovada carta es variada y distinta. Hace unos meses atrás el conocido bar presentó ¨Bardock Beer Company¨, cervezas exclusivas para el recinto. La cervecera por el momento solo cuenta con dos variedades de cerveza embotellada, pero el proyecto de desarrollar más fermentados no para hasta lograr su cometido: que el cliente esté satisfecho. El retorno a este bar es obligatorio. 

Luego de esa visita, enrumbamos a “La República del Pisco”, que es sinónimo de diversión asegurada. No solo por las presentaciones en vivo y fiestas temáticas para cada fecha, sino por la amplia gama de cócteles que se pueden encontrar en el lugar. Todos están elaborados a base de pisco. Sin embargo, a raíz de la COVID-19, muchas de estas actividades han tenido que ser pausadas, pero el bar se ha reinventado con una nueva carta que rescata elementos nativos propios de la ciudad, acompañados de sabores nuevos y exóticos. Además, complementan la propuesta con snacks y platos de fondo, creando una atmósfera única para todo aquel que se anime por romper la rutina en un ambiente seguro y entretenido.

No podía faltar el bar Hänz Craft Beer, en el corazón de la Plaza de Armas. La vista que nos ofrece nos permite observar la esencia del Cusco. Desde cristalería japonesa hasta coctelería elaborada con insumos autóctonos de la ciudad. Este bar de estética nikkei, nos presenta una carta con un total de cinco cervezas, todas elaboradas y fermentadas en el Valle Sagrado de los Incas. El estilo japonés también cuenta con una interesante propuesta coctelera de estilo refrescante y tiki, la cual ha sido elaborada por Gabriela, la encargada del área del bar de Hänz. Un concepto de realce a los insumos propios. Lugares a los que hay que retornar para no olvidar que los lugares históricos también escriben historias en el campo de las bebidas. 

Escribe: María Pía Santa Cruz