La historia del rock está repleta de bandas memorables. Sin embargo, entre toda esa gama excepcional de agrupaciones que marcaron un antes y un después en dicho género, Pink Floyd posee un lugar privilegiado. Se trata de una de las bandas británicas más icónicas y aclamadas de todos los tiempos, cuya influencia ha trascendido de generación a generación.

La fundación de Pink Floyd se dio en el año 1965, mediante la participación de Syd Barrett, Nick Mason, Richard Wright y Roger Waters. Cabe mencionar que se trata de una banda con diversas alteraciones en cuanto a sus integrantes. Además, el nombre fue propuesto por Barrett, aludiendo a una combinación de dos músicos de blues: Pink Anderson y Floyd Council.

Dos años después de dicha iniciación, el mismo Barret expresó la iniciativa de realizar un álbum musical. En ese contexto, surgió “The Piper at Gates of Dawn”, la primera obra de arte de la mítica agrupación. El 4 de agosto de 1967 se publicaba una producción bastante atrevida para la monotonía musical de aquella época y que resaltaría por su excentricidad.

El impacto fue sumamente revolucionario, ya que se dio una punzante llamada de atención al sonido rutinario que se venía escuchando en esos años, tanto por la confluencia de géneros musicales, como por la implementación de acordes y escalas pocos comunes para la música popular que dominaba las emisoras de radio de aquel entonces.

LOS ANGELES – AUGUST 1968: Psychedelic rock group Pink Floyd pose for a portrait shrouded in pink in August of 1968 in Los Angeles. (L-R) Nick Mason, Dave Gilmour, Rick Wright (center front), Roger Waters. (Photo by Michael Ochs Archives/Getty Images)

Incluso, los críticos consideraron que “The Piper at Gates of Dawn”  sobrepasó al histórico “Sgt. Pepper’s”, de The Beatles. La psicodelia de temas como Matilda Mother, Astronomy Domine o Interestellar Overdrive lo posicionaron de forma superlativa en la industria del rock y en todo el panorama musical que rodeaba a la banda.

“The Piper at Gates of Down” se convirtió en una producción espléndida en todo el sentido de la palabra y generó una atención exorbitante. Posteriormente, pasaría a ser considerado uno de los discos psicodélicos más extraordinarios de la historia de la música, consolidando un legado apoteósico en la industria del rock británico.

Escribe Renatto Luyo*