“Lima está de fiesta, la canción criolla se viste de gala. Las guapas limeñas lucen su belleza y gracia sin par”, es un alegre vals del Conjunto Fiesta Criolla donde festeja a la capital con diferentes estampas citadinas y una de ellas es la garbo de la mujer limeña.
Hablar de Lima es hablar de las tapadas limeñas. Icónicos personajes que caminaron por calles virreinales por tres décadas de esta ciudad que este 2021, exactamente el 18 de enero, cumple 486 años de fundación española
“La tapada se caracterizaba por esa coquetería que tenían al caminar, algo que llamaba la atención de los hombres. Los primeros registros que hay de estas mujeres que se cubrían el rostro, fueron las musulmanas que llegaron como esclavas de algunas familias españolas, especialmente de Sevilla, y poco a poco esta tendencia fue conquistando a las mujeres limeñas, en primera instancia a las mestizas”, detalla Lisseth Ramis, historiadora de la PUCP.
Su vestimenta estaba conformada por cuatro piezas básicas. El manto, la saya, enaguas y blusa un conjunto de prendas que combinadas con delicadas zapatillas hacían la armonía perfecta que no fue considerada moda sino una forma de rebeldía femenina pues en aquellos tiempos, la mujer no era tomada en cuenta y tenía muchas prohibiciones.
“Curiosamente esta rebeldía que se usaba con el pretexto de ‘no quemarse el rostro’, solo se dio desde Huacho (al norte de Lima) hasta la región Ica y no en otras ciudades donde se apostaron los españoles desde el siglo XXVI motivo por el cual puede ser considerada como algo característico de Lima y que se repetía en todos los estratos sociales. Ellas reinaron hasta mediados de 1880”, detalla Zoila Castro, consultora de moda internacional.
Mucha agua pasó debajo del famoso ´Puente de Piedra’, lugar donde el artista Mauricio Rugendas inmortalizó uno de sus famosos grabados y se ve a cuatro vanidosas tapadas limeñas disfrutando del malecón y hoy, en el siglo XXI, con la llegada del coronavirus ¿Cómo se verían estas enigmáticas féminas?
“La tapada limeña de hoy ya no lleva manto, lleva una mascarilla. Un accesorio que muchas veces lo vemos como un estorbo pero es nuestro aliado para prevenir posibles contagios de la Covid-19 y que cumple las mismas funciones de esta prenda, el misterio y la coquetería de la mirada femenina”, cuenta el diseñador de modas José Miguel Valdivia quien tuvo como inspiración a estos maravillosos personajes para esta colección en honor a Lima.
Las faldas anchas son perfectas para la temporada de verano y esta de color naranja hecha con tul combina con un top escote en V, un look divertida y soberbio. Se complementa perfectamente con una mascarilla fucsia, el mismo color del fajín que engalana la tenida.
“Las tapadas eran sensuales, divertidas y aguerridas para su época y cada vez que caminaban por la calle, robaban miradas debido a su meneo de caderas. Hoy, es imposible salir a sin mascarilla pero la peruana, especialmente la limeña, sigue captando admiradores gracias a la galanura que tiene al marcar el paso”, agrega el también embajador de la Marca Perú.
Bajo esa premisa, Valdivia adicionó a la mascarilla un chal de seda que funge de velo pero ahora, en 2021, puede usarse como un ligero abrigo para estas tardes donde el clima es tan impredecible.
Cada vez las mujeres son más empoderadas y deciden realizar cosas por ellas mismas incluso, acuden, solas, a algún bar para beber un trago sin necesidad de que algún pretendiente se lo invite. Y para estos momentos de relajo y cuando la situación lo permita, la elegancia y lo sencillo conjugan divinamente en este vestido negro con bolas blancas, zapatos rojos y claro, la infaltable mascarilla de la misma tonalidad pueden ser tus acompañantes para visitar el mítico bar Cordano y disfrutar una copa con pisco o si lo deseas, probar sus clásicos sánguches de jamón.
La tapada limeña era elegante, imponente y misteriosa peculiaridades que siguen en boga para las limeñas del siglo XXI y que José Miguel plasmó en refinadas tenidas donde la falda negra brillosa con cola junto a un halter negro con aplicaciones doradas, hacen el match perfecto y para coronar la tenida, la mascarilla está hecha de la misma tela del halter.
Así mismo, una falda recta azul en denim con pequeños bordados plateados, un fajín bordado y una blusa blanca te hará ver mucho más elegante. Para la mascarilla, la idea es llevarla en lentejuelas azulinas que al momento de caminar, provocará que todos volteen a verte. Esto lo supo muy bien Augusto Polo Campos al escribir el vals Limeña que a la letra dice: “Limeña que tienes alma de tradición, repica las castañuelas de tu tacón. Pasito a paso vas caminando, por la vereda que va entonando, como si fuera un bordón compases de marinera con su cajón”.
Hoy tenemos que aprender a jugar con las miradas, expresar sensaciones a través de los ojos incluso, a conquistar a alguien con un simple guiño algo que debemos aprender de nuestras majestuosas tapadas limeñas que estabas hicieron de las suyas en los pasillos de la antigua Estación de Desamparados, hoy Casa de la Literatura, en el Centro de Lima.