Laura Vega es una de las personalidades del rubro fitness más influyentes en redes sociales. Su temprana afición al ballet y un pequeño desbalance alimenticio motivaron su incursión en las rutinas de ejercicio físico y regulación alimentaria. Hoy en día, su admirable constancia y responsabilidad organizacional la convierten en un ejemplo de perseverancia y disciplina.
La situación actual de crisis sanitaria ha perjudicado la cotidianidad de quienes encuentran en las rutinas de ejercicio físico y alimentación responsable un soporte idóneo. Adaptarse a una realidad completamente insospechada implica sacrificios adicionales que pueden desequilibrar los resultados previstos. En dicho contexto, Laura se considera una persona hogareña y afirma que su comodidad con el teletrabajo mancilla significativamente las consecuencias del confinamiento. Sin embargo, sostiene que al principio le costó transformar sus mecanismos de entrenamiento “Fue muy complicado porque normalmente no usaba bandas. Dejar los pesos puede llegar a ser frustrante, ya que no recibes el mismo estímulo que estos te ofrecen, ni ese amor-odio que se les tiene. Poco a poco, mientras se regulaba el mercado, fui adquiriendo algunos implementos (pesos, rack de sentadillas y una banca). De esta forma, me empecé a sentir más cómoda porque es como tener un pequeño gimnasio en casa”.
El ejercicio físico es sumamente trascendental para el bienestar corporal de las personas. No obstante, es necesario recalcar que la alimentación responsable constituye un factor fundamental que se complementa con las actividades físicas. En ese sentido, la regulación de las calorías y la implementación organizada de hábitos que gradúen oportunamente lo que se ingiere, optimiza los resultados y acrecienta los beneficios. Laura coincide con aquella complicidad entre ambos aspectos y admite haber notado variaciones en ese sentido. Al respecto, señala “hace años me resultaba sumamente complejo subir de peso. Entonces, necesitaba recuperar el equilibrio natural entre mi peso y altura. Es así como inicié en el mundo fitness y logré ganar un poco de masa muscular. Actualmente, mi alimentación la maneja un preparador brasileño y en estas semanas de confinamiento he notado que subí algunos kilos. Por supuesto, de forma controlada y responsable”.
Es consciente de que sus rutinas, costumbres y consejos son considerados por sus seguidores. De igual manera, considera que debe existir un compromiso real en las personas y no solo iniciar en el mundo fitness para conseguir una figura exuberante para el verano. En ese sentido, reivindica la importancia de diferenciar y reconocer las particularidades de cada uno. Es decir, quienes opten por redirigir sus hábitos de alimentación y estén dispuestos a añadir ejercicio físico a sus días, deben de tener en cuenta que los cuerpos reaccionan de forma distinta. Las medidas y cantidades dependerán de factores propios de cada organismo “En mi caso, que no necesariamente se replica en el de otros, como seis comidas al día. Son porciones que se encuentran estratégicamente distribuidas y no significan una amenaza en ese sentido”.
Adicionalmente, ejerce como profesional la abogacía. Su formación académica y experiencia en el área consolidan su posición influyente. Admite que no es un camino sencillo, ya que hay obstáculos que progresivamente van surgiendo. Sobre ello, detalla: “es un estilo de vida que involucra sacrificios, sobre todo por el cansancio y el plan al que tengas que someterte. Las frustraciones pueden ser recurrentes y no deben convertirse en una excusa para no seguir adelante. Muchas veces te puede pasar que alguna chica se vea mejor que tú, pero debe prevalecer tu constancia en los objetivos trazados”. Definitivamente, las personas jóvenes suelen, en su mayoría, verse sugestionadas ante tropiezos o contrastes ajenos que perjudican y corroen su propia autoestima.
Con el transcurrir del tiempo, diversos casos mediáticos han exhibido hechos delicados sobre algunas conductas que desvirtúan lo fitness. Por ejemplo, algunos, al haberse introducido en este rubro, empiezan a desarrollar una dañina obsesión con las rigurosas dietas o sobreinformación respectiva. Asimismo, existen personas que optan por mantener la condición física requerida en alguna competencia. Ante esto, Laura cree que no es un accionar saludable, debido a que mantener el porcentaje de grasa que exigen las competencias atenta directamente contra el bienestar de la persona y que estos daños pueden propiciar cuadros severos de patologías. “Este estilo de vida es vital para obtener beneficios físicos y estéticos. El aspecto psicológico no necesariamente recibirá consecuencias positivas. Por el contrario, pueden darse casos de bulimia no purgativa, la cual te induce a sentirte culpable por haber comido algún pastel y te obliga, inconscientemente, a castigar tu cuerpo con ejercicios de cardio”, explica.
Sospecha, que reinsertarnos a la normalidad será todo un reto. Los cambios bruscos impactan, en mayor o menor medida, la funcionalidad de las personas. Sin embargo, reivindica la convicción individual y la disciplina organizada, lo cual permitirá ablandar cualquier impacto que pueda acontecer. “Antes mi día era más activo y me preocupa un poco cuán difícil será readaptarme a mi antigua normalidad. No obstante, es importante mantener una postura comprometida no solo con el ejercicio y alimentación, sino también con la información que recibimos. Existen casos delicados como el de la bulimia no purgativa, que se parece a la anorexia. Es muy común e incluso es inculcada por los mismos preparadores. Considero que quienes deseen introducirse en este estilo de vida, acepten responsablemente las medidas de los expertos y no cedan ante la sobre carga informativa”.
Escribe: Renatto Luyo