El Ron Viejo de Caldas surgió en 1928 luego de un encargo hecho por la gobernación del departamento a Ramón Badía, un cubano de origen catalán, quien era experto en rones. En aquel entonces, la empresa que se dedicaba a la producción de varias clases de licores e incluso perfumes, buscaba un producto estrella que destacara a nivel nacional. Tres factores fueron claves para el éxito del ron: el añejamiento a 2.200 metros de altura sobre el nivel del mar, la calidad y pureza del agua, y el roble blanco utilizado de manera exclusiva para la elaboración de los barriles que contienen el producto.

Inicialmente, la producción y el envasado del Ron Viejo de Caldas era totalmente manual y su primer envase no tenía mayores medidas de seguridad ni una presentación distinguida. Con el paso de los años se logró un destilado de alta calidad, del cual se venden millones de botellas anualmente. En cuanto a los rones especiales, esta es la nueva apuesta de la empresa con el objetivo de deleitar el paladar de sus seguidores. Además del ron tradicional que vende presentaciones de 50 centímetros cúbicos, la empresa se ha dedicado a la producción de rones especiales como el Juan De La Cruz 5 años, Carta De Oro 8 años, Gran Reserva Especial 15 años y el producto estrella León Dormido 21 años, que es un homenaje al Nevado del Ruíz, pues este es uno de los nombres con los que es conocido.

El propósito es brindar un producto exquisito no solo por su sabor, sino por una elegante presentación que logra cautivar al consumidor para que se decida por este ron tipo premium. Con respecto al León Dormido, es oscuro como lo señalan las tendencias mundiales. Para darle vida se seleccionaron lotes de tafias con tres añejamientos: 12, 21 y 24 años, los cuales entregan un perfil deseado en el producto. La porción de 12 años, con el menor porcentaje, define el nivel correcto de acidez; el componente exclusivo de 21 años, regala el dulce ahumado del roble blanco colombiano y, por último, el de 24 años, en mayor porcentaje, entrega las notas suaves, frutales y de vainilla. En conjunto construyen la personalidad única, equilibrada y redonda de este mágico producto, elaborado en la mejor empresa productora de ron según el IRC.

El Ron León Dormido se encuentra contenido en una exclusiva botella, cuyo diseño parte de una base circular que la estructura con solidez, y que asciende suavemente en una transición a una geometría de caras planas estilizadas a través de cortes muy elaborados en las aristas. Se integran en un cuello redondo con final de tipo decanter. Además, tiene como complemento una tapa en corcho y madera natural redondeada.

Esta diferencial configuración tridimensional se completa con una decoración en oro donde plasma el icónico Nevado del Ruiz, conocido como el León Dormido de Los Andes. La leyenda va descrita en la caja del producto. Ello le da identidad, pues evidencia su procedencia y recuerda que la marca Ron Viejo de Caldas tiene un legado, una historia y unas características únicas que le otorgan su particular geografía. El diseño gráfico del envase culmina con el uso del sello de lacre de la Industria Licorera de Caldas en metal dorado en la parte superior de la cara frontal. Tienen que probarlo.

Escribe: John Santa Cruz (@josancru)

Director General